TORMENTA DEL DESIERTO. REVUELTAS EN EL MUNDO ÁRABE.
PARTE I: LAS CAUSAS DEL ESTALLIDO
Angel Adrian Sandoval Sánchez
24 de Abril de 2011
A mediados de diciembre del año pasado (precisamente el 17 de ese mes) un joven tunecino, Mohamed Bouazizi, desempleado y vendedor de frutas para subsistir, decide inmolarse quemándose vivo en las afueras de una calle de su ciudad, en medida de protesta ante el decomiso de su carretilla y por la falta de oportunidades en su país. Con este gesto, casi romántico, empezaría a escribirse las páginas más prodigiosas de la historia no sólo de su país, sino de todo el mundo árabe.
Rápidamente, el pueblo tunecino organizaría una gran revuelta casi sistemática en todo el país, donde en poco tiempo (menos de un mes) y con pocas pérdidas civiles logran derrocar el régimen de Ben Ali (con 24 años en el poder) el 14 de enero del 2011, cuando éste huye del país y se refugia en Arabia Saudí y se establece un gobierno provisional. Estos hechos servirían de ejemplo para el resto de naciones árabes, donde en breve tiempo estallan protestas en Egipto, Siria, Argelia, Libia, Yemen, y otras manifestaciones menores en países cercanos. Las revueltas tomarían carácter de revolución en Egipto contra Hosni Mubarak, y de una cruenta guerra civil en Libia entre los rebeldes y los fieles al partido de Muamar al Gadafi, mientras que en Siria las protestas se incrementan al igual que la represión del gobierno de Bashar al-Assad, sucesor de su padre desde el 2000. El mundo árabe se convulsiona ante el pedido de libertades y de una democracia participativa por un pueblo oprimido en dictaduras de larga duración. Ante una larga pasividad de los gobiernos de Occidente, fueron mostrando cierto rechazo ante las dictaduras árabes y han saludado tímidamente los nuevos aires de democracia que se vive en el norte de África. Con la cruda represión de Gadafi ante sus opositores, los occidentales reaccionaron algo más enérgicamente y se han movilizado tropas de la ONU y de la OTAN a Libia, en la llamada operación “Amanecer de la Odisea”, para proteger a los civiles de las ciudades sitiadas. Este intervencionismo se da en el momento en que los rebeldes totalmente solos iban a ser derrotados por los ejércitos mixtos (leales y mercenarios) de Gadafi.
Pero ¿Cuáles fueron los motivos para que el pueblo se levante después de tanto tiempo adormecido por sus dictaduras? ¿Qué hay de trasfondo en esta llamada “cuarta oleada democrática en medio siglo” [1]? ¿Por qué es la democracia la que enarbola estas revueltas? Y por último ¿Cuál es el futuro del mundo árabe post revolucionario? Trataré de responder las dos primeras preguntas en la presente nota.
Tomemos como caso a analizar las revoluciones en Túnez, Egipto y la guerra civil en Libia. Hay que entender primeramente que las protestas del 2011 no son las primeras que ocurren en cada país. Sobre todo después de la crisis económica del 2008, ha habido diversas manifestaciones pidiendo al gobierno mejores condiciones económicas y laborales. La que más destaca, como presagio de la revolución posterior, es la protesta ocurrida en abril del 2008 en Egipto, presidida por jóvenes universitarios, profesores y técnicos del país del Nilo (el llamado “movimiento juvenil del 06 de abril”).
Estos países del norte de África, en especial Egipto, en las décadas de los 70’s-80’s escapan de la “Trampa malthusiana” (“catástrofe” que se da en sociedades preindustriales donde el crecimiento aritmético de la producción alimentaria no satisface en perspectiva futura al crecimiento geométrico de la población, generando una situación de hambruna y pobreza extrema) cuando la tasa de natalidad es alta pero la bonanza del petróleo permite a los gobiernos abastecer de alimentos (importados, sobretodo el trigo) a su población. Ya a fines de los 80’s se empieza a controlar la población con ayuda del gobierno y de las instituciones religiosas islámicas, así como la tasa de fallecimientos de recién nacidos y de menores de 5 años decrece considerablemente. Esto genera una gran población joven que crece en buenas condiciones. Es ahí donde ocurre la “trampa en el escape de la trampa”: este gran bloque joven al crecer genera trastornos sociales y políticos, donde la “Revolución de los jóvenes” en Egipto es un ejemplo de éste fenómeno [2], y con algunas características más específicas ocurre en Libia y Túnez.
Mucho se ha dicho de las causas de las revueltas del mundo árabe, pero Andrey V. Korotayev y Julia V. Zinkina refutan cada ‘mito’ en su artículo "Revolución en Egipto: un estudio demográfico estructural"; aquí un breve resumen. Se dice que el estancamiento de la economía en el gobierno de Mubarak, agravada por la crisis del 2008, fue el detonante de la revuelta; pero la economía ha crecido considerablemente durante su mandato, en especial tras las reformas del 2004 y el buen manejo de la economía durante la crisis hace de Egipto uno de los países más sólidos del Tercer Mundo; es más, incluso el nuevo gobierno dice que respetará la política económica. Si bien la corrupción descubierta escandalosamente por los Wikileaks sobre el gobierno de Ben Ali en Túnez generó una indignación total en la población de dicho país, y si la corrupción también es alta en Egipto, no parece ser motivo suficiente, puesto que están en el promedio (según el ranking de Transparencia Internacional [3]) global, incluso más abajo del promedio regional; igualmente en el ranking de desigualdad económica (índice de Gini [4]). El desempleo se ha mantenido en menos del 10% de la población, la pobreza en 20% y la pobreza extrema en menos del 2%, si bien esta pobreza no es tan dramática como el de otros pueblos tercermundistas. Si bien la crisis del 2008 subió el precio de los alimentos, el gobierno de Mubarak hizo lo increíble al seguir estabilizando el precio del pan y otros productos básicos (que se venden a muy bajo precio los subsidiados por el estado), incluso ha crecido la población con sobrepeso en el país. Entonces ¿Qué pasó para que una política tan efectiva fuera derrocada tan dramáticamente? Si el mundo árabe había y estaba floreciendo económicamente a un ritmo constante, ¿Qué pasó?
Korotayev y Zinkina descubren la causa principal en medio de tantos datos estadísticos: en Egipto, de ese 10% desempleado y el 20% en pobreza, ¡más de la mitad eran jóvenes titulados! [5] Ahí se observa lo que ellos llaman “trampa en el escape de la trampa”: todo ese bloque juvenil nacido entre 1980-1985, herederos de la excelente política manejada por Mubarak, se encontraron en una situación donde sus expectativas no eran colmadas; titulados y universitarios, con acceso a Internet y globalizados en conocimientos, pronto se chocaron ante su realidad. Esto mismo se vivió en los países vecinos, que tienen una población muy joven (el promedio de la región oscila entre los 21.5 y 25 años [6]), y fue esta la que se sublevó por la falta de oportunidades y por un cambio en la política hacia una más tolerante a las libertades. Recordemos que el joven Mohamed Moazizi se inmoló por ésta causa, recordemos que era él un universitario graduado desempleado que vendía frutas para subsistir. ¿No es ésta la situación en que viven muchos países del Tercer Mundo? ¿Parte de éste contexto no se refleja en Latinoamérica?
Pero ésta no es la única causa que pudo haber originado las revueltas. Si tenemos en cuenta el sufrimiento de las familias afectadas por la elevación del precio de los alimentos, si sumamos el Estado de Emergencia por muchas décadas en dichas naciones y las constantes persecuciones a la oposición, si tenemos presente la difusión masiva del Internet y de la televisión por cable satelital que ayudaron a informar al pueblo sobre la situación real de su país (Al Jazeera se consagró como el canal de noticias árabes)[7], tal vez la semilla de la revolución no hubiera sido acogida, al menos no en esa magnitud. Un último factor vendría a ser el rápido éxito y con pocas bajas civiles de la revolución en Túnez, que animó a los pueblos árabes a tener fe en una también rápida y exitosa reforma de la situación imperante. Como siempre, los acontecimientos y procesos históricos son multicausales, y el trasfondo de la situación siempre está más allá de las simples causas particulares que se dicen en el momento.
He tratado de esbozar las principales causas que convergieron para que se desate la llamada revuelta en el mundo árabe. En la siguiente nota trataré de explicar la esencia y el carácter de ésta; y por último esbozaré las consecuencias que podrían traer, y están trayendo, en el mundo y nuestra sociedad. Estas tres notas formarán parte de un posterior artículo a publicar.
[1] http://www.elmundo.es/elmundo/2011/01/30/internacional/1296387541.html
[2] Andrey V. Korotayev, Julia V. Zinkina. "Revolución en Egipto: un estudio demográfico estructural". En: Entelequia. Revista Interdisciplinar 13 (2011): 139-165. Ver: 157-158. http://cliodynamics.ru/download/Korotayev_Zinkina_Egyptian_Revolution_Entelequia.pdf
[3] Ibídem. Ver: 142-143
[4] Ibídem. Ver: 145-146
[5] Ibídem. Ver: 156-165
[6] Datos basados de las cifras de http://www.rtve.es/noticias/revueltas-arabes/
[7] Sobre el papel de la Internet, sobretodo del rol del Facebook, Twitter y del portal de Wikileaks, ver las siguientes columnas: Diego Beas. “La calle conecta con la Red”. http://www.elpais.com/articulo/internacional/calle/conecta/Red/elpepuint/20110209elpepuint_16/Tes; y Timothy Garton Ash. “La revolución tunecina, Twitter y Wikileaks”. http://www.elpais.com/articulo/opinion/revolucion/tunecina/Twitter/Wikileaks/elpepiopi/20110125elpepiopi_4/Tes
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