Y DESPUÉS DE ESTA PRIMERA VUELTA… NO A KEIKO
Por Luis Paliza Sanchez
Creo que el resultado era el más obvio, y no sólo para mí sino para casi todo el país –incluso para los escépticos–: Ollanta y Keiko. Ambos se disputan la presidencia del Perú; denominados Cáncer terminal y el Sida –ridícula expresión de nuestro Nobel–, pero en efecto son los dos candidatos que expresan el temor y la incertidumbre de un futuro, al que siempre miramos con optimismo y esperamos que sea mejor. Por un lado, Ollanta es presentado como un “soldado” de Chávez, un personaje que no asegura la libertad de expresión para todos, que desea estatizar las empresas, que asustará a las inversiones privadas, que llevara al declive económico, social y político de nuestro país; por otro lado está Keiko Fujimori, la hija de su “padre”, que no se despega de la sombra del dictador durante la época del 90, que trabaja con el mismo grupo que trabajó a su padre, que representa el verdadero atraso en lo político y económico para nuestro dañado país.
Esas son las caras para este segundo round, cualquiera de ellos puede ganar, las alianzas empezarán a surgir; cada uno de ellos empezará a usar las estrategias más convenientes para subir y, y quizá esa misma razón los haga caer. Es hora de sentar una posición para el país, de encontrarle un sentido a todo este show, que se inició de lo más ridículo y que debe terminar en lo más ajustado.
Francamente, no veo al país en manos de Keiko Fujimori, ¿será cierto que sufrimos de amnesia postgobiernos?, parece que sí. Nuestro mayor error sería volver a sentar a un extranjero (a) en el gobierno. Recordemos que ese sistema –por algo se hace llamar “fujimorismo”– llevó la político del país a prostituirse por unos miles de dólares, y en algunos casos en millones, el robo que hizo ése hombrecito de ojos jaladitos y su asesor fueron irreparables. No dudemos en pensar que fue una dictadura, y que lo será si Keiko gana. Existe muchos motivos para no votar por Keiko: primero –lo más obvio, por supuesto– será liberar a su padre, si ese mismo que mandó matar a los estudiantes de la Cantuta, que impuso una economía privatista, que compró los medios de comunicación y convirtió a la gente en unos fantoches. Segundo que su grupo de gobierno son las mismas caras de hace diez años, los mismos rostros que reivindican al fujimorismo como una religión a seguir, se jactan de vencer al terrorismo, su única arma es esa, creo. A pesar de no reñir con ningún candidato en la primera vuelta, ahora se verá el verdadero rostro de esta mujer.
Por otro lado, me sorprende, me indigna –incluso llegó a darme asco– que la mayor cantidad de votos (13%) lo tenga Kenji Fujimori, ese enfermo mental que fornicó con su perro, que no habla bien el castellano, que está más perdido que Castañeda en debate, que sólo recuerda lo que hizo su padre y no dice nada de su hermana. Imaginan verlo como Premier durante cinco años en el gobierno si gana Keiko. Pero la población es la que elige, ellos votaron por él, apostaron por él, claro, primero éste les regalo ollas, un plato de lentejas y varios kilos de arroz, un voto por un producto.
Iniciemos un nuevo rumbo, NO A KEIKO, quizá tampoco sea de todo nuestro agrado Ollanta, quizá aún dudemos de su veracidad en sus promesas y pronunciamientos, pero será peor si apostamos por un gobierno que nos prostituyó, que benefició a unas cuantas familias, que acabó con la libertad de expresión y de pensar, lo que nos dominó en lo social y mental. Acabemos con todo ese pasado tan triste. Ollanta no será el medio para llegar a ser un país como Brasil, pero es la única opción ante la amenaza naranja japonesa.
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