Diego Recse Huayta
Estudiante de segundo año de la EAP de Historia
Al
observar el panorama de hace cinco décadas, de la producción académica, en el
que se desenvolvió el estudio del mito del Inkarrí, evidencia un claro aporte
teórico y metodológico, que darán un giro para considerar a los mitos como
fuente de estudio, que brinda una “veracidad” porque el medio en el que se
desarrolla lo cree así.
Es
así que el tema de “lo andino” vuelve a ser uno de los temas de investigación,
después del indigenismo, ¿A qué se debe? Sería una primera pregunta al
trastocar y visualizar los diversos artículos de historiadores y antropólogos
pero será una de las principales preguntas, acerca, del por qué y cómo es que
en 1960 y 1970 se incrementan los estudios sobre los mitos, entre ellos Inkarrí,
también es, en base a qué eran difundidos estas investigaciones de los
intelectuales de la época. La vasta producción académica a continuación se
deberá principalmente a la influencia de dos grandes autores, del
estructuralismo se deberá a Claude Lévi-Strauss y del Historiador de las
religiones Mircea Eliade.
Se
evidenciarán artículos en distintas revistas tales como: Allpanchis Phuturinqa, Andina, Márgenes: Encuentro y debate, Socialismo
y participación, Histórica, Antropológica, entre otros.
También
cabe aclarar que la creciente producción académica en torno al tema de lo
“andino” se deberá reconocer en parte a José María Arguedas.
Es sin duda
Arguedas el gran iniciador moderno de los estudios del relato popular en el
Perú. Pero sería injusto olvidar los trabajos del Roel Pineda, de Morote Best y
Núñez del Prado. Todos ellos, con compañeros menos conocidos, llamaron la
atención de los investigadores sobre el personaje en torno al que se concentro por
algún tiempo el análisis mítico andino: Inkarrí. (Urbano: 1977)
Aunque
duramente fue criticado Arguedas; no hay que hablar de él como el “indiecito”
(Flores Galindo: 1992), era antropólogo y etnólogo, sin embargo éste tuvo
influencia también hacia la producción académica acerca del Inkarrí. Ahora
pasaremos explicar el impacto de los dos autores primordiales.
LA INFLUENCIA DE
LÉVI-STRAUSS
La influencia que surge a mediados de los 60 ha
sido tan prolífera en teorías y análisis de mitos, cuentos o relatos populares
que estaría por demás no recordar el análisis teórico de Claude Lévi-Strauss,
para 1964 su obra La Pensée sauvage[1] estaba ya traducida al español, y a mediados
de 1968 Structural Anthropology[2],
también. La gran síntesis teórica de Lévi-Strauss se verá en el tomo I titulado
“Lo crudo y lo cocido”[3] en
Mitológicas (1968), que plasmará el
estudio de los mitos en el corazón de América.
Suscitar
el impacto de estas obras en los investigadores es importante, porque muchos de
sus obras ya se encontraban traducidas, en inglés ya estaban disponibles una
década anterior a su traducción; posteriormente a este autor que brindó una
nueva forma de ver el mito muy distinta a lo que se consideraba años atrás,
pues los mitos eran historias verdaderas porque aquellos que la transmitían lo
consideraban así:
Los mitos significan
el espíritu que los elabora por medio del mundo del que forma parte él mismo.
Así pueden simultáneamente ser engendrados los mitos mismos por el espíritu que
los causa […]. (Lévi-Strauss: 1964)
Es
así como en el estudio Lévi-Strauss, nos enseña que los mitos ya no deben ser
considerados historias falsas, sino que son producto del mundo del que uno
forma parte, por tanto aquellos que lo trasmiten afirman en considerarlo que es
una historia verdadera.
La noción de
“mito” es una categoría de nuestro pensamiento, que utilizamos arbitrariamente
para reunir en un mismo vocablo las tentativas de explicación de los fenómenos
naturales, las obras de la literatura oral, las especulaciones filosóficas y
los casos de emergencia de procesos lingüísticos en la conciencia del sujeto.
(Lévi-Strauss, 1962, citado en Hermis, 1986)
El
mito, en palabras de Lévi-Strauss, tendría como función agrupar las
explicaciones de la naturaleza, aquello que es transmitido oralmente en un
grupo determinado, especulaciones del sujeto mismo. Esto abrirá una nueva
amalgama de temas para los investigadores, que tomarán al mito como parte
fundamental en las fuentes y también contribuirá a entender el imaginario
colectivo de una población y/o comunidad existente e inexistente, que ha resguardado
esta tradición de manera escrita u oral.
MIRCEA ELIADE
Es
de vital importancia, considerar a Mircea Eliade como influyente en los
estudios de los 60’s y 70’s. A partir de 1955 ya se encontraba disponible el
libro de Eliade, Imágenes y símbolos: ensayos sobre el simbolismo mágico-religioso[4], donde logró el estudio del lenguaje simbólico
empleado por distintas tradiciones religiosas, intentando reducir su
significado a algunos mitos primordiales que le proporcionen una base para la
comprensión de todos los fenómenos místicos durante su vasta investigación. En
1972, su libro, El Mito del eterno retorno: arquetipos y repetición fue traducido al español, logrando ser éste
muy esencial para el estudio de los mitos y también brindando un esquema de interpretación
y de comprensión para con el campo mítico.
Henrique-Osvaldo Urbano mencionaba que:
La mayoría de los estudios que hasta ahora se publicaron acerca del
mito antiguo o del pensamiento actual en los Andes no sugieren ninguna
hipótesis teórica que pudiera guiarnos en una búsqueda de un esquema global de
interpretación de las representaciones mentales andinas (1977)
Es
quizá con esto que las investigaciones tanto como de Lévi-Strauss y Mircea
Eliade fueron esenciales para lograr socavar la premisa que el estudio de los
mitos eran prácticamente superficiales y/o en vano.
Tanto Eliade como
Lévi-Strauss nos han enseñado que los mitos no son historias falsas ni una
amalgama desordenada de motivos, como usualmente se ha venido suponiendo. Para
ambos autores los mitos son historias
verdaderas ya que es así como las consideran los que las trasmiten, y por
otro lado, son racionales ya que presentan una coherencia interna dentro del
sistema categorial en que son expresados. (Ossio: 1977)
Como
principal revista que evidenciará las producciones andinas, entre ellas el
Inkarrí, será Allpanchis Phuturinqa,
siendo ésta publicada por el Instituto de Pastoral Andina (IPA) .La
confirmación de la realidad del IPA, que empezó en 1968, se dio con la revista Allpanchis Phuturinqa, editada el primer
número hacia 1969 en Cuzco, siendo director de ésta el mismo Arzobispo del
Cuzco. En este primer número de la revista se tuvo el artículo de un gran
intelectual de la época: Manuel Marzal.
Entre
uno de los primeros artículos en ésta se evidenciará la expedición hecha en
1955 que se dio en el Cuzco con la intervención de un geógrafo, folklorista,
arqueólogo, musicólogo y antropólogo, siendo este último quien la presidía:
Oscar Núñez del Prado; allí quién halló primero la variante del mito del Inkarrí
fue Efraín Morote Best.
Hoy
en Allpanchis Phuturinqa se han publicado más investigaciones acerca del
Inkarrí, esto demuestra que es un tema que trasciende, y además que aun se
encuentra dentro de una de las problemáticas en torno a las discusiones
“andinas” y del imaginario colectivo de las comunidades que aún prevalecen o no
en nuestro país.
A
pesar de la importancia del tema, para las sociedades mismas y para el
desarrollo de una teoría social adecuada a los antropólogos y los sociólogos,
éstos no se han dedicado a estudiar a fondo los Andes, es quizá esta la razón
por la cual no se hayan proliferado más hacia la comunidad académica el estudio
de los mitos. Sin embargo con Alejandro Ortiz y Juan M. Ossio se evidenciaron
que el estudio de los mitos podría ser imprescindible para la antropología,
etnología e Historia; como principal fuente de expresión de una comunidad tanto
escrita u oral.
A
modo de conclusión: La producción en los años 60’s y 70’s se debe a la
influencia tanto peruana de José María Arguedas, y también como extranjeras a
través de los estudios de Lévi-Strauss y Mircea Eliade, se puede evidenciar
además que esto no fue suficiente para que la comunidad académica produzca en
mayor medida acerca de los mitos en nuestro país, el Inkarrí fue foco de temas
de investigación durante un gran período, pero no fue un tema totalmente
abordado, es a lo que respecta porque no se formó una teoría social para
antropólogos, sociólogos, etnólogos e historiadores que se haya dedicado a estudiar
los Andes, no como “lo andino” sino en el ámbito pluricultural.
BIBLIOGRAFÍA
Burridge, K. O. (1970). Estructuralismo,
mito y totemismo. Buenos Aires: Nueva visión.
Eliade, M.
(1972). El Mito del eterno retorno : arquetipos y repetición. Buenos
Aires: Alianza Editorial.
Eliade, M.
(1955). Imágenes y símbolos: ensayos sobre el simbolismo mágico-religioso.
Madrid: Taurus.
Eliade, M.,
& Kitagawa, J. (1967). Metodología de la historia de las religiones.
Buenos Aires: Paidós.
Flores
Galindo, A. (1992). Dos ensayos sobre José María Arguedas. Lima:
Cuadernos de SUR.
Lévi-Strauss,
C. (1968). Antropología estructural. Buenos Aires: EUDEBA.
Lévi-Strauss,
C. (1964). El Pensamiento salvaje. México, D.F.: Fondo de Cultura
Económica.
Lévi-Strauss,
C. (1968). Lo crudo y lo cocido. En Mitológicas. México, D.F.: Fondo
de Cultura Económica.
Ossio, J. M.
(1977). Los mitos de origen en la comunidad de Andamarca. Allpanchis
Phuturinqa , 105-115.
Urbano, H.-O.
(1977). Discurso mítico y discurso utópico en los andes. Allpanchis
Phuturinqa , 3-15.
[1]
Lévi-Strauss, C. (1964). El Pensamiento
salvaje. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica.
[3] Lévi-Strauss, C. (1968). Lo crudo y lo cocido. En Mitológicas.
México, D.F.: Fondo de Cultura Económica.
[4] Eliade, M. (1955). Imágenes y símbolos: ensayos sobre el
simbolismo mágico-religioso. Madrid: Taurus.
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