sábado, 5 de marzo de 2011

Entre pensamientos y otras cosas



Manifiesto ante el cierre temporal del AGN

“La incompetencia y la falta de tino inundan en el AGN”


Gonzalo Paroy Villafuerte

El día de hoy, 4 de marzo, un compañero del grupo me reenvío un indignante mensaje que el AGN (Archivo General de la Nación) envío a algunos de sus visitadores, y digo algunos, porque, pese a mi recurrente asistencia el año pasado, no tuvieron la molestia de enviar a todos sus investigadores. No sé desde cuando se tejía, pensaba, planificaba esto, pero reescribo dicho mensaje para darlo a conocer a los demás investigadores interesados a los que el AGN no tomó en cuenta:

“A NUESTROS INVESTIGADORES

Habiéndose producido en estos últimos meses importantes incautaciones y recuperación de manuscritos de los siglos XVII al XIX y existiendo denuncias, incluso periodísticas entre los años 2006 y 2009, sobre deterioro sistemático, mutilación y sustracción de documentación de nuestros Fondos Históricos. El Archivo General de la Nación ha decidido tomar acciones necesarias a fin de garantizar el cuidado de nuestra documentación, optando como una de las medidas de emergencia el cierre temporal de 90 días del servicio de los Archivos de Colonia y República, en salvaguarda del Patrimonio Documental. Medida necesaria que nos permitirá en un mediano plazo poder servir mejor a nuestros investigadores y cuidar del Patrimonio Documental de la Nación. Adjuntamos para su conocimiento el Comunicado al respecto que emitiera la Jefatura Institucional. Agradecemos su apoyo y su gentil comprensión.”

El mensaje lo firman: SALA DE INVESTIGACIONES, DIRECCIÓN NACIONAL DE ARCHIVO HISTÓRICO, ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN.

Dicho mensaje adjunta el documento que se emitió a la opinión pública donde ahora sí, lo firma el encargado, y publican las medidas que tomará dicha institución

“En este marco, las primeras medidas son:

1. Cerrar la atención al público, por un plazo de 90 días, a partir del 4 de marzo del presente año, en el Archivo Colonial y el Archivo Republicano, a fin de emitir un claro diagnóstico situacional sobre los fondos documentales, sus instrumentos descriptivos, las condiciones de seguridad y tecnológicas mínimas necesarias para la conservación del patrimonio.

2. Suspender, también por 90 días, en ejecución de las atribuciones que como Ente Rector del Sistema Nacional de Archivos nos corresponde, las labores referidas a asesorías y supervisiones. Queda entendido que, no obstante ello, continúa rigiendo para las entidades públicas la prohibición de eliminación documental que expresamente les exige la Ley.

3. Continuar con el servicio en las secciones de Archivos Públicos, Archivo Notarial y Archivo Judicial, en consideración a que la sociedad civil accede allí a documentación que le permite ejercer derechos fundamentales como el de la identidad ciudadana, la propiedad y la debida defensa en el sistema judicial.

4. Proseguir las gestiones y demandas iniciadas ante el Ministerio de Economía y Finanzas y el Congreso de la República para que se aumente significativamente la asignación anual del Archivo General de la Nación, lo que le posibilitará cumplir a cabalidad con sus funciones y proporcionar condiciones laborales mínimamente adecuadas. El presupuesto actual de S/. 4,300,000.00 anuales resulta absolutamente insuficiente e impide contar con un sistema de seguridad adecuado y tecnología apropiada para garantizar el más correcto resguardo del patrimonio documental.

5. Determinar, durante los mencionados 90 días, la conveniencia de suspender la atención en otras secciones del Archivo General de la Nación, o la aplicación de otras medidas que resulten necesarias.”[1]

La incompetencia y la falta de tino redundan en el AGN. El mensaje lo cierra con una frase que parece que ellos mismos no entienden: “Sin memoria histórica no hay progreso ni aún presente que pueda ser recordado”[2]. Si nos cierran la mina de oro que significan para los historiadores estos importantes fondos documentales, cómo difundir y reencontrar esa memoria histórica de la que nos habla Joseph Dager Alva, del cual, su vocación de historiador ha puesto en duda con estas medidas.

Esta incompetencia es una total falta de interés hacia los usuarios e investigadores, es una total falta contra los que buscamos escribir la real historia, es una total falta contra quienes necesitamos de los documentos del más grande archivo del Perú para los proyectos que planificamos por meses. Estos funcionarios no se les ocurrieron ponerse en el lugar de los investigadores, ni aun así los investigadores dentro del mismo archivo. Creo hablar por la mayoría de investigadores al decir que el cerrar el AGN por 3 meses es una arbitrariedad y una barbaridad sin la más mínima planificación. Hablo en nombre del grupo Annalicemos Hist8ria, de estudiantes que investigan de la UNMSM, pues obstruye múltiples proyectos que se tenían en mente. No sé dónde conseguir las fuentes primarias necesarias para los cursos de fuentes III y Seminario de Tesis I, si durante el 75% del ciclo, los documentos no estarán a nuestro alcance.

¿Acaso los encargados, sean historiadores o archiveros no tienen alguna idea de lo que es un proyecto de investigación? Señores, un proyecto es revisado al detalle, es organizado teniendo en cuenta día por día, moneda por moneda, ficha por ficha. Esta arbitraria media trunca cualquier posibilidad de terminar a tiempo la investigación que pensaba presentar para la revista Síntesis Social, la cual Annalicemos Hist8ria administra.

Me pregunto ¿qué les dirán a los múltiples investigadores extranjeros cuyos proyectos repasan la Historia del Perú y cuentan con que el Perú deja abierta las puertas a todo proyecto de investigación? “lo siento, cerramos porque nos preocupa que los documentos se pierdan”. Me resulta inaudito.

Si sabemos que al Estado le importa muy poco la investigación histórica, y sabemos de su poco presupuesto, ¿por qué a esta altura siguen utilizándola de excusa? Esperaba más de esta gestión. Esperaba una medida más afín, mejor planeada. La recuperación de documentos no debe significar que cierren, debe significar mejorar la seguridad, significa que se debe fiscalizar de manera eficiente cada documento, cada papel, cada libro que entra y sale, significa que se tiene que seguir y reconocer a cada uno de los investigadores y usuarios, significa que las cámaras deberían de funcionar y no de adorna la sala de lectura, significa que debe de contratarse funcionarios competentes.

Nos queda más que hacer reseñas y análisis en base a puras fuentes secundarias, pues mis 6 documentos que esperaba leer en marzo, de las cuales ya estaban planificados y fichados, no estarán a mi disponibilidad. Espero con ansias, que terminado los dichos 90 días, la atención, la seguridad y la disponibilidad sean óptimas y que con ello callen mi indignación. De no ser así, seguiremos en un país donde la memoria y la cultura seguirán siendo una quimera innecesaria para el Estado y el pueblo, donde los documentos sigan teniendo más valor en el extranjero, por lo que se sustraen del AGN, donde los libros de la Biblioteca Nacional siguen siendo sacado con suma facilidad sin respuestas coherentes, no planificadas.


[1] “Comunicado a la opinión pública” por parte de Joseph Dager Alva, jefe institucional del Archivo General de la Nación, del 28 de febrero de 2011

[2] Ibídem

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