viernes, 25 de febrero de 2011

EL DICIEMBRE DE ESE ENERO



¿MOVIMIENTO ESTUDIANTIL?. ENTRE EL DISCURSO Y LA PRÁCTICA (2008-2010)


Luis R.

Dos historiadores distintos en distintos tiempos escribían algo verdaderamente importante sobre la Historia; en 1953 Lucien Febvre escribía en Combates por la Historia lo siguiente: “para hacer historia volved resueltamente la espalda al pasado, vivid primero. Mezclaos con la vida (…) Eso apenas es nada si tenéis que continuar separando la acción del pensamiento, la vida como historiador de la vida como hombre. Entre la acción y el pensamiento no hay ningún tabique, ninguna barrera. Es preciso que LA HISTORIA DEJE DE PARECER COMO UNA NECROPOLÍS DORMIDA POR LA QUE SÓLO PASAN SOMBRAS DESPOJADAS DE SUSTANCIA”[1]. Más tarde en México en 1996 Enrique Florescano menciona que otra función social que cumple la historia proviene de los hábitos establecidos por sus propios practicantes. El estudio de la Historia de convirtió, más que en una memoria del pasado, en un análisis de los procesos del desarrollo humano; más que someter a la Historia a verdades rigurosas convertirla en una práctica de ejercicio razonado, crítico y vivido. Concluía que el historiador no puede aislarse herméticamente de su objeto de estudio, pues las acciones humanas están inextricablemente vinculadas con el conjunto social que las conforma[2].

Que quiero decir con esto; que los actuales jóvenes historiadores de San Marcos (Universidad, Decana de América) os no deberían de ver la Historia como una gran caja de pandora con muchas sorpresas y con ansias de descubrirlas; en tal caso no solo así deberían de poner sus ojos, sus herramientas y sus ideas sobre lo más cercano, los más vivido, lo más real a su entorno social; mirar la Universidad más que como el lugar donde estudiar, mirar la Universidad como Problema y Posibilidad, mirar a la Universidad, a los jóvenes, a los planes curriculares, a los docentes y a toda la gran masa de una maquina interrelacionada de discursos, acciones, practica y otra vez discursos que desde hace años se quiere llamar Movimiento Estudiantil.

Qué hay de toda esa gran cantidad de nueva Fuente Histórica que abunda y se reparte en nuestra misma Universidad, que hay de esos volantes, pasquines, “papelitos” y prensa electoral… Qué hay de los análisis históricos sobre eso; o es que acaso para nosotros Historia solo es “Archivo-Libro-Archivo”. Presento en este ensayo algunos puntos sobre los llamados Discursos políticas de las fuerzas estudiantiles.

En el 2005 El Taller de Estudios Históricos-Filosóficos hizo un ensayo sobre el movimiento estudiantil y la reconquista de los derechos perdidos[3] donde relacionan la Universidad como reflejo de la sociedad económica social del país (semifeudal según el ensayo), al considerar la Universidad como un aparato estatal que tiene una práctica política que atenta contra los derechos estudiantiles, la consecuencia lógica de esto es que los mismos estudiantes se organicen en organismos gremiales con un uso “adecuado”; para ese año la organización se encuentra en reconstrucción y se reflejan los problemas de subjetivismo y sectarismo en relación de la actuación de la práctica en función de un grupo específico; el ensayo al final plantea el Frente Único como una coordinación de acciones y políticas para la defensa de los derechos estudiantiles; derechos estudiantiles que no se menciona.

El boletín RETAMA[4] que responde a mayo del 2009 publicación que no tiene un grupo firmante pero que se atribuye al Taller de Estudios de Historia y Antropología menciona que su existencia se debe para aportar, esclarecer y debatir sobre los problemas de la sociedad y la Universidad como la privatización de la Universidad pública de una sociedad que es considerada semifeudal debido a que el capitalismo que llega al Perú en el siglo XIX llega como Imperialismo y no desarrolla la actividad industrial sino las actividades agro-explotadoras. Lo principal de este boletín son sus notas dedicas a la privatización; La educación como mercancía en el sistema capitalista y las progresivas políticas de privatizar el Comedor Universitario, Residencia, la matricula en relación a cobros, etc.

AMAUTA[5], vocero impreso de Integración Estudiantil CC.SS en el año 2009 en una presentación de saludo a los ingresantes de ese año explica el caso de la Universidad en relación a los diversos puntos de Autonomía de Campus y Patrimonio; fundamenta este hecho como la ofensiva de las políticas (también) privatistas del neoliberalismo y del Estado que está implementando en la Educación contra el pueblo; por lo que convoca a luchar y desarrollar la organización estudiantil.

El movimiento estudiantil organizado, fuerte y politizado dejo de existir después de la intervención en la década de los 90; la última elección a la FUSM puede ser un regulador de este proceso de desaparición del movimiento Estudiantil a lo caracterizado como marchas multitudinarias de sanmarquinos políticos o “jóvenes rojos de San Marcos”; alentado por entre muchos otros factores entre la desconfianza de la población a las Universidad publicas y la tan mentada violencia de los movimientos sociales. Las transformaciones políticas experimentadas con la desaparición de los focos de subversión, el cierre de acción de los locales gremiales (la FUSM hasta ahora), la desaparición de algunos grupos de vanguardia de los años 60 y la dictadura represora del gobierno de Alberto Fujimori hizo que la organización estudiantil se renovara[6]. La aparición del discurso apolítico en San Marcos fundamentado sobre el predominio el discurso del Mercado y por el temor a la violencia política hizo que cada vez más los independientes o “los estudiantes de base” no solo criticaran los aparatos formales del Estado sino a su vez la jerarquización y las formas estructurales de los grupos de Izquierda y de la composición gremial; en un contexto donde el gremio seguía siendo visto como el canal participativo de las fuerzas de izquierda donde se canaliza los descontentos sociales y se remitía a un tipo de lucha de confrontación contra el Estado producto de una contradicción secundaria del sistema capitalista[7]. En ese panorama nacen agrupaciones con nuevas formas de hacer política donde la confrontación deja de ser un discurso real y primario para pasar a un sistema de discursos más reivindicativos y de “denuncia”; se afronta con mayor énfasis los procesos electorales a los órganos de co gobierno nacen o primar grupos como FER, San Marquinos Unidos, Integración Estudiantil, etc; su inclinación a la participación a los procesos electorales queda demostrada en la confluencia llamada “Conciencia Sanmarquina” que como dijo Javier Roca (actual candidato al Congreso por la lista Despertar Nacional) en una entrevista hecha el 18 de julio del 2003[8] menciona que dicha confluencia es “Es un frente democrático, tiende hacia la izquierda pero es democrático”. ¿Ser de izquierda no implica ser democrático?.

Más tarde para los años 2008-2010 grupos conocidos como Frente Progresista, Sociales en Acción o Movimiento Participativo de Sociales participan en los procesos electorales.
El Frente Progresista en un material de campaña[9] para las elecciones al tercio en el año 2009 menciona como objetivo programático la defensa, ampliación y reconquista de los derechos estudiantiles así como la fiscalización de las autoridades. Mencionan demás cuya participación es funcional a la organización gremial, a sus instancias de decisión y apuestan a su desarrollo.
El Movimiento Participativo de Sociales[10] en un material de campaña para las elecciones al tercio en el año 2009 se califican como un espacio que nace debido a la falta de representación y la inadecuada organización estudiantil que dan prioridad al aspecto académico y no solo al político.

El grupo Sociales en Acción emitió un boletín informativo[11] en el año 2008 sobre el tercio menciona el carácter importante de este como una herramienta de la organización estudiantil, como un medio de fortalecimiento y que por ello es necesario la participación en el Consejo de Facultad.

Todos estos grupos que en el imaginario colectivo vivo de la actual facultad se diferencian entre sí tanto por posiciones políticas como ideológicas y prácticas no se diferencian en discurso ni en propuestas; sus propuestas caen en el panfletismo de la propuesta por la “propuesta”; estos grupos se mencionan pro-gremiales y apuestan por el desarrollo de la organización gremial pero sin embargo su participación como espacio hace que se crea la figura del grupo-puente entre el co gobierno y el gremio estudiantil; priman los intereses de grupo y los intereses individuales. Estos grupos no emiten ya el discurso de la confrontación directa sino que avalando la necesidad de la participación estudiantil en el Consejo de Facultad postulan como espacios legitimando un aparato, un marco institucional del Estado y de la Universidad como las elecciones a los órganos de co gobierno, legitiman estos espacios de representación que tienen solo entre 15 y 18 % de representación práctica según datos estadísticos mencionados por Nicolás Lynch en una entrevista hecha el 05 de septiembre del 2006.

Se puede notar (aunque sea inicialmente) el cambio de las políticas desde la intervención en el año 1995; las posturas cada vez más conservadoras y ya no conflictivas han relegado a las posturas del Gremio como espacio de acción de la transformación social; lo programático de un cambio social ha dado lugar a lo “inmediato” y a las propuestas de boletín; el movimiento estudiantil ha dado lugar a la existencia de los espacios gremiales y de las figuras orgánicas que se mueven sin ningún programa y cuyo máximo referente es una Plataforma solo “reivindicativa” que es rehecha año tras año; la dinámica gremial no avanza sino se estanca por la particularidad de los espacios políticos; sin embargo el discurso de grupos de izquierda aún sigue patente, los rótulos y las banderas de agitación de la izquierda como caballos de batalla aún son los mismos que se demuestra en los ataques al Sistema, al Estado y a las autoridades que se menciona en cada uno de las herramientas de prensa presentadas al inicio de este escrito; pero más allá de estas declaraciones de confrontación y de ataque discursivo, no se ha logrado generar una práctica que demuestre lo dicho; lo reflejado en los gremios es suficiente para darse cuenta que no hay un avance verdaderamente estudiantil; que el “movimiento” (si existe ahora[12]) estudiantil ha devenido en una estructura de órganos que están a la defensiva de los sectores de poder de las facultades de San Marcos; no hay ninguna reivindicación arrancada fuera de la “gratuidad” o de “los no cobros” que son a su vez banderas de grupos estudiantiles. Los verdaderos y reales problemas del estudiante a nivel administrativo-burocrático se dejan de lado, las propuestas reivindicativas académicas no son más que discursos para sumar a una parte de la “masa” estudiantil; no hay programa, ni norte ni nada de nada, ni vida, ni organizaciones revolucionarias, ni papel firmado.

Los discursos estudiantiles de confrontación directa, de estrategia y de cambio social son utilizados como bandera de izquierda, las prácticas políticas se han puesto sumiso a la reivindicación, a la coyuntura, a lo inmediato, la falta de un tan mentado programa son acaso el palo que atraviesa la rueda de la Universidad. Pero Programa para que???; político, administrativo, académico o Programa enteramente interrelacionado en todos sus aspectos unidos por la crítica de los científicos sociales, por propuesta y por práctica.

En conclusión el discurso estudiantil de los años ochenta con una misma práctica (por lo menos la confrontacional) viro hacia mediados de los noventa a un discurso cada vez más calmado, más participativa en órganos de co gobierno sin embargo el discurso de estos grupos han siguen manteniendo los tópicos de “revolucionarios” de “confrontacionales” cuando en la práctica siguen avalando el mismo papel institucional de la Universidad y de sus parámetros de representación estudiantil bajo el marco legal. Es decir la práctica no corresponde al discurso. Esto ha generado que el Movimiento Estudiantil no esté unido bajo un programa unido donde el grupo, el frente y el gremio y haya un norte y una línea de acción política única. No existe movimiento estudiantil existe “movimientos estudiantiles, cada quien con su revolución, cada quien con su representación, cada quien con su agua y su molino”.

[1] Lucien Febvre. Combates por la Historia, Editorial Ariel, 1971, p. 56-57. El subrayado es mío.
[2] Enrique Florescano. “La función social del historiador” en Nueva Síntesis, 1996.
[3] TEHIF, “Ensayo sobre el movimiento estudiantil: la reconquista de los derechos perdidos” en Praxis en la Historia, N° 4, Lima, 2005.
[4] Boletín RETAMA, Año 1, N° 1, mayo del 2009.
[5] El AMAUTA, vocero de Integración Estudiantil de CC.SS, N° 2, 2009.
[6] Y no en el sentido bueno de la palabra.
[7] Grover Ponce. “El discreto encanto del desencanto. Jóvenes, política y régimen fujimorista en San Marcos de los noventa”.
[8] Brezhney Espinoza, “Lo real y lo imaginario en el movimiento estudiantil” en Mundo Joven-Énfasis, s.a, s.e.
[9] Archivo personal del autor.
[10] Archivo personal del autor.
[11] Archivo personal del autor.
[12] Personalmente lo cuestiono por falta de un programa o de un norte político.

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