jueves, 19 de marzo de 2015

América periférica: entre el trabajo forzado y libre


Sally Rosas Inga Rumiche
Historia – UNMSM

Introducción

En el siglo XVI surgió una economía – mundo europea[1] basada en el modo de producción capitalista (cabe mencionar que la ideología reinante por entonces no era la libre empresa sino el estatismo); este surgimiento produjo la  división internacional del trabajo, es decir diversas zonas geográficas como Europa occidental, Europa oriental y las colonias americanas quedaron adjudicadas a un rol específico. Bajo esta perspectiva, Europa occidental adquirió la categoría de zona central, caracterizada por utilizar  mano de obra libre y ser trasformadora de materias primas; en lo que respecta a Europa Oriental esta adquirió la categoría de zona semiperiférica, fue una antigua zona central, en dicho espacio se realizaron actividades mixtas como el comercio y la agricultura, es por ello que se empleó mano de obra libre y forzada; a este período también se le conoce como  segunda servidumbre. Finalmente encontramos a las zonas periféricas, caracterizadas por ser abastecedoras de materias primas y utilizar mano de obra forzosa. En este último rol es donde las colonias americanas (que para el presente análisis hará referencia a los territorios administrados por la corona española) entraron a tallar con relevancia.

El presente escrito tiene por objetivo exponer los tipos de trabajo realizados en las colonias americanas, ello con la finalidad de contraponer la idea que todo trabajo realizado en zonas periféricas fue necesariamente obligatorio, puesto que este pudo ser medianamente  libre y por ende remunerado, con ello se intentaría demostrar que el sistema económico instaurado tras la colonización no fue feudal (caracterizado por ser autárquico) puesto que se empleó mano de obra forzosa y libre para mantener un nivel de producción y exportación constante, en la medida de lo posible que ayudara a articular la emergente economía – mundo (cabe recalcar que el hecho de utilizar este tipo de mano de obra no desmedra el papel de América como periferia).  Para ello hemos divido el escrito en tres partes, en la primera parte se hará un bosquejo del contexto histórico en el cual se forjó los roles del incipiente sistema mundo del siglo XVI. En la segunda parte se hablará acerca de los trabajos forzosos en la periferia: la mano de obra indígena y africana;  en lo que respecta a la tercera parte se expondrá ¿Trabajo libre en la periferia o una forma encubierta del trabajo forzoso?; finamente se plantearán las Conclusiones.

 I   

El año de 1346 se propagó la plaga bubónica, también conocida como la peste negra, por la ciudad  portuaria de Tana. La plaga se trasmitía a través de las pulgas que albergaban las ratas; las cuales llegaron en las diversas embarcaciones de los comerciantes que viajaban por la ruta de la seda procedente de China. Pronto dicha peste se extendería hasta el Mediterráneo, posteriormente en 1347 llegaría a Constantinopla y para 1348 llegó a Francia, el Norte de África y subiría por la bota de Italia; generándose así alteraciones sociales, políticas y económicas en las sociedades europeas medievales[2].  

A finales del siglo XIV Europa tenía un orden feudal, una organización de la sociedad que apareció primero en Europa occidental tras el declive del Imperio romano. Se basaba en una relación jerárquica entre el rey, los señores (que ocupaban el estrato medio) y los campesinos (que ocupaban el estrato final). El rey poseía la tierra y la concedía a los señores a cambio de servicios militares. A continuación, los señores asignaban tierras a los campesinos, a cambio de lo cual estos debían trabajarlas sin obtener remuneración sujetándose a múltiples multas e impuestos. Los campesinos, que a causa de su estatus “servil” eran denominados siervos, estaban atados a la tierra, no podían trasladarse sin permiso de su señor que no era solamente el terrateniente sino también juez, jurado y fuerza policíaca[3].

La enorme escasez de la mano de obra a consecuencia del descenso demográfico suscitado por la peste bubónica sacudió violentamente los cimentos del orden feudal, generando así el ambiente propicio para que los campesinos se sublevaran exigiendo cambios, por ejemplo “En la abadía de Eynsham, los campesinos exigieron la reducción de las multas y del trabajo no remunerado”. [4] En respuesta a dichas agitaciones sociales  los campesinos comenzaron a liberarse de los trabajos forzosos y de otras obligaciones que tenían con sus señores. El panorama descrito anteriormente refleja la situación de Europa occidental puesto que en lo que respecta a Europa oriental, tras la peste, se generaría otro fenómeno, ya que los terratenientes comenzaron a adueñarse de grandes extensiones de tierras ampliando así  sus posesiones. Las ciudades se volvieron más débiles y menos pobladas y los trabajadores en vez de ser más libres empezaron a ver atacadas las libertades que ya tenían.     

Es así que para el siglo XVI los efectos de la peste se evidenciaban con mayor claridad puesto que Europa occidental había dejado de ser feudal, comenzando de tal modo a demandar productos agrícolas tales como el trigo, el centeno y el ganado de Europa oriental. En la medida que se ampliaba la demanda por parte de occidente, los señores de la zona oriental elevaron al máximo su control sobre la mano de obra para aumentar su oferta. Es de esta forma como Europa oriental entra en la denominada “segunda servidumbre” distinta y más intensa que su forma original a principios de la Edad Media.[5] Los señores feudales aumentaron los impuestos que recaudaban de las propias parcelas de sus inquilinos y se quedaba con la mitad de la producción. 

A pesar que en 1346 existían muy pocas diferencias entre Europa occidental y Europa oriental en lo que respecta a las instituciones políticas y económicas en el siglo XVI la situación era muy distinta. En Europa occidental los trabajadores ya no tenían deudas, ni multas, ni regulaciones feudales y se estaban convirtiendo en una parte clave de la economía de mercado floreciente; en cambio en Europa oriental la población seguía siendo sujetada por las regulaciones feudales. Es de este modo como Europa occidental se convierte en la parte “central” de la naciente economía -  mundo del siglo XVI.

En las áreas del centro, las ciudades florecieron, nacieron las industrias, los mercaderes se convirtieron en una fuerza económica y política significativa. Desde luego la agricultura siguió siendo a lo largo de todo el siglo XVI, la actividad de la mayoría de la población “[…] No obstante la integración de Europa oriental y América española a la economía – mundo europea durante el siglo XVI, no sólo proporcionó capital (a través de los botines y altos márgenes de ganancia) sino que también liberó la mano de obra en las áreas del centro para su especialización en otra labores […]”[6]

En lo que respecta a otras áreas denominadas periféricas y semiperiféricas, encontramos el desarrollo de dos actividades primarias como son la minería, principalmente de metales preciosos, y la agricultura. En el siglo XVI América española proporcionaba principalmente lo primero, mientras que Europa oriental proporcionaba lo segundo. Cabe mencionar que desde la perspectiva Wallerstein en las zonas periféricas el trabajo se caracterizó por ser forzado, no obstante en el presente análisis se intentara rebatir dicha idea. A continuación explicaremos los tipos de trabajos forzosos realizados en las colonias americanas y posteriormente los tipos de trabajos libres en dicho espacio.  

II

Trabajo forzoso en la periferia: La mano de obra Indígena

La primera y más evidente manifestación del trabajo forzoso en las colonias americanas fue la esclavización de los indios. Al principio este destino fue reservado a los “indios de guerra”, excluyendo así a los “indios de paz”, es decir a aquellos que aceptaban pacíficamente el sometimiento ibérico. [7] No obstante, pronto la denominación “indios de paz” alcanzaría una connotación más amplia, haciendo alusión a los indios que rechazaban la religión católica.[8] Cabe recalcar que el discurso que legitimaba, la entrada de España a América fue el de la evangelización. 

La cantidad de mano forzosa indígena utilizada variaba de acuerdo a la zona, en el Caribe la esclavitud india fue probablemente la causa principal del derrumbe demográfico, este colapso fue de tal magnitud que provocó el éxodo de los mismos españoles al quedarse sin fuerza de trabajo disponible.[9]

La primera forma de concesión de mano obra indígena fue mediante la encomienda: la encomienda suponía la entrega de un grupo de personas (decenas o miles) a una personal, luego conocida como encomendero, a quien debían pagar un tributo (que no hay que confundir con el tributo pagado al soberano) en la forma de servicios personales o productos naturales, e incluso en dinero. [10]  

En lo que respecta a las colonias americanas,  la encomienda no hacía justicia a la idea original de proteger a los encomendados frente a los abusos de otros señores o contra las correrías de bandas armadas; en el caso americano la encomienda no preveía absolutamente nada al respecto. Su estructura argumentaba que el tributo (especies  o más raramente en servicios) debía contribuir a pagar los gastos de la evangelización, única obligación real, aunque cabe mencionar que no siempre fue respetada por los encomenderos.

Este régimen se instauró inmediatamente después de la conquista, en el denominado período “antillano”. La lógica regía desde la perspectiva del rey, hacer pagar a los indígenas impuestos, tal como lo hacían los súbitos vecinos de reinos y señoríos. Se buscaba la manera más justa de recaudar el tributo. Se le pidió a Nicolas de Ovando que mediante negociaciones con “los caciques e con las otras personas e los indios establezca con justicia la forma que se ha de tener que cobrar o recaudar nuestros diezmos y premisas e tributos e derechos”. [11]   

Al principio la finalidad era pagar un salario regular a los indígenas por un trabajo realizado voluntariamente (el argumento de la corona española para tomar posición sobre los territorios americanos fue el de llevar la salvación, por ello no podían esclavizar a los nativos, contrariamente debían educarlos). No obstante ante la negativa  de trabajar bajo el sistema impuesto por el nuevo régimen, se ordenó utilizar dicha mano de obra de manera forzosa tomando como excusa el hecho que los indios se negaron convertirse al cristianismo, es por ello que estos naturales que vivían en el pecado adorando idolatrías  debían ser encomendados a un noble cristiano que los encamine por las riendas del bien y de tal modo salvar sus almas, paradójicamente la Corona apelaba que se debía respetar de igual forma sus principios de persona libre y no ser tratado como siervo. Es decir se les considera a los indígenas como “vasallos del rey” y no como “siervos de un señor cualquiera”.

Si bien la corona aceptó el principio de trabajo compulsivo, ello no excluye el principio de libertad, dado que el vínculo forzoso supone la concesión de indios por un periodo limitado de dos o tres años, para luego ser asignados por otro español.[12] 

Al entregarlos por un período restringido, los indígenas  seguían siendo vasallos del rey mientras que al entregarlos de por vida se convertían en siervos incluso en esclavos del encomendero. Sin embargo la rotación constante de los indios no estimulaba una alta productividad. Y así fue como en el año de 1509 se aceptó que una misma encomienda pudiera retener el repartimiento de los mismos indígenas más allá del periodo de tres años.

Para el año de 1540 se otorgó 32 000 indios de servicio y 22 344  que no eran de servicio. En otras palabras pueblos y familias enteros con sus respectivas autoridades étnicas, fueron repartidos y encomendados […] Vos (los indios) encomiendo por vuestra vida y por la vida de un heredero hijo o hija. Inaugurándose  de tal forma la encomienda con duración de toda la vida del sujeto y sus descendientes.[13] 

Las encomiendas se otorgaban en un principio por un tiempo máximo de dos o tres años, pero como ya se ha planteado antes, siempre se intenta prolongar su concesión durante el mayor tiempo posible.

La prolongación de la encomienda (además naturalmente, de la corrupción de las autoridades) consistía en la “composición” con el poder real, es decir la misma forma usada para obtener tierras mediante un pago de cajas reales. Un virrey de Nueva España confesaba en una carta de 1559 que se habían otorgado encomiendas “clandestinas” con una duración de cuatro vidas. Otro abuso particularmente importante, es la costumbres de atribuirse derechos sobre las tierras de los indios encomendaos.[14]   

Cabe mencionar que existían diferencia  entre una encomienda y otra, puesto que algunos grupos de encomendados (antiguos ayllus)  antes de la conquista poseían una estructura social – política organizada  contrariamente a otros grupos  que se encontraban fragmentados y dispersos. En el primer tipo de encomienda este sistema se afianzó por completo, mientras que en la segunda predominó el trabajo abiertamente esclavista. En las zonas fragmentadas era demasiado difícil controlar la mano de trabajo indígena que nunca había obedecido a una autoridad, y en consecuencia la productividad del trabajo era muy baja. [15]    

En Brasil no existió una forma de trabajo forzoso comparable con la encomienda, allí la única salida fue la esclavitud de los nativos, y luego tras su disminución e incluso su eliminación física o huida a lugares apartados, se acudió a la importación de esclavos africanos.[16] 

Aunque la encomienda fue una institución importante, no caló de manera determinante en la economía colonial. Puesto que al aumentar la cantidad de familia españolas y no poder acceder todos a ellos a una encomienda, esta institución quedará restringida a un pequeño grupo.
Paralelamente a este modo de explotación surgirá otro conocido como el repartimiento, la diferencia en relación a la encomienda era que la primera se destinaba a ser trabajo a perpetuidad para el encomendero mientras que la segunda era una prestación temporal de servicios. [17]     

Cabe mencionar que el termino repartimiento a su vez tenía diversos significados. Aunque literalmente significaba distribución (cuota que le toca a cada uno), fue empleado ya se ha dicho, como sinónimo de encomienda y también para definir asignaciones de tributos, otorgamientos de tierras, distribución forzosa de mercaderías y asignación temporal de turnos claramente establecidos (lo que se diferencia de la encomienda) de indios a utilizar en diferentes faenas, con la posibilidad de prestarlos a la autoridad pública para obras de utilidad general (construcción de puentes y caminos) o particulares para el trabajo en las minas, en la agricultura o donde fuera. [18] 

El repartimiento asumió notable importancia en los sectores mineros y agrarios, no obstante el declive en la taza demográfica indígena por un lado y por otro el aumento de la población española, especialmente pequeños y medianos productores, generó contradicciones al sistema de repartimiento. A esta serie de intereses contrapuestos se sumaba también innumerables abusos. Este sistema se suprimió en el año 1632, con la excepción del sector minero, pero en la realidad esta forma de trabajo siguió existiendo aunque perdiendo gradualmente su importancia. “Se encuentran huellas de su funcionamiento en las minas de Real del Monte de Pachuca, cerca de México”[19] 

Trabajo forzoso en la periferia: La mano de obra Africana

Otra forma predominante de trabajo forzoso fue la esclavitud de los africanos. Se acudía a este tipo de trabajo cuando la mano de obra de la población nativa era escaza o en todo caso existía pero era prácticamente imposible someterla.

Encontramos por ejemplo que para el caso de las zonas de Brasil, Chile y de las pampas al sur de  Buenos Aires, se necesitó emplear mano de obra esclava puesto que los indígenas se reusaban a aceptar la integración al trabajo forzoso impuesto por el nuevo régimen.

No obstante este panorama era distinto en México, puesto que en dicha zona si se logró someter la mano de obra indígena, sin embrago esta cayó a causa del colapso demográfico. Desde la propuesta de Ruggiero Romano esto se debió a los siguientes factores:

a)      El primero sin duda fue la propagación de una serie de epidemias (especialmente enfermedades respiratorias y gástricas) trasmitidas por los europeos, contra las cuales los indígenas no tenían defensas inmunitarias.
b)      Otro factor fueron las deportaciones de individuos o grupos de personas de zonas cálidas a zonas frías y viceversa.
c)      También influenciaron las hambrunas, provocadas no sólo por causas “naturales” (desastres climáticos que destruían las cosechas) sino también por exportaciones en favor grupos españoles.
d)     Se debe añadir también la destrucción (social, cultural y religiosa) provocada por la misma conquista.

Como se evidencia la utilización de mano de obra esclava en el virreinato de México respondían a necesidades distintas que las de Brasil, Chile o Argentina. En México los esclavos estuvieron destinados en primera instancia a trabajar en las áreas mineras.

La producción de plata en Nueva España estuvo siempre más dispersa en número de yacimientos de importancias variable; entre ellos Zacatecas y Guanajuato fueron los mayores. Las primeras minas puestas en explotación fueron de las regiones centro y sur, que utilizaron mayoritariamente el trabajo indígena compulsivo por el reparto. En cambio, nuevo yacimiento habitado más tardíamente en las regiones del norte y del oeste, zonas de población indígena menor y menos acostumbrada al trabajo tributario, debieron recurrir tanto al trabajo esclavo africano como al trabajo libre indígena. [20]  

Este tipo de mano de obra esclava no sólo se limitó a trabajar en las áreas mineras sino también en la producción agrícola, no obstante cabe precisar que a veces los esclavos se desempeñaban en más de un área; por ejemplo por las mañanas realizaban actividades independientes (domesticas principalmente) a cambio de dinero y por las tardes realizaban las actividades impuestas por sus amos.  

“Otra posibilidad es que el patrón obligue al esclavo a trabajar por las mañanas con las condición de que gane una cantidad mínima de dinero (por ejemplo cuatro reales), si el esclavo no logra cumplirla será castigado, y si trae más de cuatro reales se quedará con el excedente […] Las dificultades de acceder al mercado laboral eran tan bajas que las mujeres esclavas, a menudo no tenían más remedio que dedicarse a la prostitución”. [21]   

En lo que respecta al virreinato peruano la población indígena que era utilizada principalmente para trabajar en las minas sufrió un drástico colapso demográfico, por ello en esta zona también se debió emplear mano de obra esclava, no obstante debido a la complejidad del clima en donde se albergaban dichos centro mineros, el esclavo africano resulto ser inapropiado para el desarrollo de la actividad. “En cuanto a los africanos, el virrey compartía la opinión predominante de que eran inapropiados para trabajar en el clima de la sierra y argumento en todo caso sería peligroso importar tantos esclavos: los africanos ya eran más que los españoles y el número de delincuentes negros aumentaría día a día. Nivea afirmó categóricamente que el trabajo forzado de los indios en las minas con compensación adecuada y buen trato era la única solución”. [22]

Es precisamente bajo la idea anteriormente esbozada que se empieza a reclutar mano de obra indígena, a continuación explicaremos dicho proceso. 

III

¿Trabajo libre o una forma encubierta del trabajo forzoso?

El trabajo libre fue ejecutado por los indígenas, estos laboraban  básicamente en las minas;  desde una perspectiva general se considera que América, cumpliendo con su rol de periferia, solo empleaba mano de obra  forzosa  y no libre. Bajo dicha idea el autor Ruggiero Romano planteaba que el trabajo ejecutado por los trabajadores libres era una forma encubierta del trabajo forzoso, para demostrar dicho postulado se basa en los siguientes argumentos.

En primera instancia plantea que los trabajadores eran endeudados, puesto que se les entregaba, parte del sueldo antes de comenzar a realizar sus actividades, de este modo al llegar a las mina donde le tocaba trabajar, tenía pocos recursos para poder subsistir por ello debían solicitar crédito en las tiendas de los señores para quienes prestaban servicios endeudándose así constantemente,  este mecanismo comúnmente eran conocido en México como las composiciones, era un círculo vicioso del que muy difícilmente se solía salir, otra manera de retenerlos era obligarlos a trabajar con sus propias herramientas de tal modo que también se endeudaban al adquirir dichos instrumentos para realizar su labor, otros formas eran pagándoles sus sueldos en especies y no en dinero. [23]       

Bajo estos argumentos se intenta demostrar que el sistema económico instaurado en América y específicamente en las colonias españolas, no era un régimen feudal sino contrariamente formaba parte de la incipiente economía – mundo, puesto que se buscaba a como dé lugar mantener un nivel de producción constante, ello difiere rotundamente con el feudalismo que tenía una producción local y debido a su naturaleza contaba con siervos adjudicados a la tierra que pagaban tributos y no contrariamente eran remunerados.

A modo de conclusión:

En el siglo XVI se forjó la economía - mundo, en la cual se da la división internacional del trabajo, siendo así que Europa Central adquirió la categoría de zona centro (transformadora de materias primas), otras zonas antiguamente céntricas adquieren la categoría de zonas semiperifericas (se emplea mano de obra libre y forzosa), finalmente tenemos la zonas periféricas de donde se extrae básicamente materias primas, y se utiliza mano de obra forzada.

América (principalmente las colonias de España)  adquirirán la categoría de periferia siendo así abastecedoras de materias primas, se emplearán diversos tipos de trabajo forzosos como la encomienda, el repartimiento, la esclavitud, y también el trabajo libre ejercido por los indígenas, aunque cabe recalcar que desde la perspectiva de Ruggiero Romano este tipo de trabajo aparentemente libre esta encubierto por trabajo forzoso, puesto que se emplean mecanismo como el adelanto de sueldo, para su retención.

La necesidad de recurrir a la mano de obra esclava se dio básicamente por dos factores el primero fue porque la población originaria era escasa y ponía resistencia al sometimiento, el segundo factor fue el colapso demográfico en aquellas zonas donde si habían logrado colonizar.    

El sistema económico instaurado en las colonias españolas situadas en América se cateterizó por formar pate de la insipiente economía – mundo y no contrariamente como se cree ser una extensión del sistema feudal europeo, por ello empleo mano de obra forzada y medianamente libre lo que corroboraría la idea de que la producción a gran escala era lo primordial, puesto que de ver sido así el modo de producción hubiese sido local y por ende abastecido por la poca mano de obra sometida.

Bibliografía 

ACEMOGLU, Daron y James Robison
2012    Por qué fracasan los países. Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza. Bogotá: Deusto.
BOWSER, Frederick
1997    El esclavo peruano en el Perú colonial (1524 – 1650). México: Siglo XXI., 1997.
KAROL, Juan Carlos y Enrique Tandeter.
2000    Historia económica de América Latina: problemas y procesos. Buenos Aires: FCE.
MANN, Charles.
2013    1443. Una historia del mundo después de Colón. Buenos Aires: Katz. 
ROMANO, Ruggiero.
1993    Mecanismos y elementos del sistema económico colonial americano. Siglos XVI – XVIII. México: FCE
WALLERSTEIN, Immanuel.
2009    El moderno sistema mundial. La agricultura capitalista y los orígenes de la economía – mundo europea en el siglo XVI. Barcelona: Siglo XXI.



[1] Es una entidad económica pero no política, al contrario que los imperios, las ciudades – Estados y las emergentes “naciones – Estado>”. Es un sistema “mundial”, no por que incluya la totalidad del mundo, sino porque es mayor que cualquier unidad política jurídicamente definida. Y es una “economía – mundo” debido a que el vínculo básico entre las partes del sistema es económico, aunque esté forzado en cierta medida por vínculos culturales y eventualmente, como veremos por arreglos políticos e incluso estructuras confederales. Para más información véase: Wallerstein: 2009: 21
[2] Para más información véase: Acemoglu -  Robison,  pg. 121.
[3] Acemoglu -  Robison: 2012: 123  
[4]  Acemoglu  - Robison 2012, pg. 123.
[5] Acemoglu - Robison, pg.  126
[6] Wallerstein: 2009: 143
[7] Para más información véase: Romano 1993, pg. 161
[8] Las poblaciones aborígenes de América al igual que otras sociedades eran considerados idolatras sin embargo no fueron esclavizados, tal  como es el caso de los africanos, puesto que ellos  no era su culpables de  que previo a la invasión no haya llegado un español a América a enseñar las doctrinas cristianas. Romano 1993, pg. 161. 
[9] Romano, pg. 162.
[10] Romano: 1993: 165
[11] Romano:1993: 165
[12] Romano: 1993: 165
[13] Romano: 1993: 166
[14] Romano: 1993: 168
[15] Romano 1993, pg. 169.
[16] Romano: 1993: 169
[17] Romano 1993, pg. 173.
[18] Romano: 1993: 174
[19] Romano: 1993: 178
[20]  Karol -  Tandeter: 200: 31
[21] Romano: 1993:184 - 185
[22] Bowser :1997: 44
[23] Romano 1993, pg. 192 – 199

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