martes, 17 de septiembre de 2013

EL SEXO Y LA SEXUALIDAD EN EL POEMA ROMAN DE LA ROSE

Miguel Antacabana Angulo[1]
miguel_an@outlook.com


Resumen
Este trabajo tiene por objetivo analizar la concepción sobre el sexo y la sexualidad durante parte del siglo XIII, a partir del poema de Roman de la Rose. Específicamente se estudiara la primera parte del poema compuesta por Guillaume de Loris. El trabajo se divide en tres partes, la primera parte se ocupa de las precisiones conceptuales sobre el sexo y la sexualidad durante el siglo XIII europeo. En la segunda parte, me avoco al análisis del contexto en el cual se escribió el texto. En la tercera parte analizo la relación entre el sufrimiento amoroso como vía para la consecución del placer.

I.                        Sexo y sexualidad en el siglo XIII: dos conceptos difíciles de precisar
Cuando solemos hablar de sexo y sexualidad en la actualidad no representa para muchos de nosotros mayor problema y menos algún atisbo de culpa o síntoma de estar haciendo mal las cosas. En la actualidad la sexualidad es definida como la manifestación de condiciones de carácter anatómico-fisiológico y psicológico-emocional propio de cada individuo, donde se involucran el sexo, la identidad, los roles de género, el erotismo, el placer, la reproducción y la orientación sexual[2]. Mientras que sexo es definido como la manifestación de los rasgos fenotípicos que hacen posible la diferenciación entre hombre y mujer (macho y hembra en el caso de los animales), a nivel social esto trae consigo el concepto de género[3], concepto que en este trabajado escapa a los objetivos. Las conceptualizaciones anteriormente señaladas nos sirven para ver comparativamente, con las diferencias del caso, como se “conceptualizó”el sexo y la sexualidad durante el siglo XIII. Para un entendimiento cabal de dichos conceptos, durante la Francia del XIII, es necesario señalar que a diferencia del mundo moderno la sexualidad y el sexo estaban estrechamente relacionados, sino dentro de la misma, con el concepto de amor. A partir del amor los seres humanos eran capaces de manifestar el sexo, lo erótico, el deseo y el placer. A partir de lo escrito se pude afirmar que durante parte del siglo XIII sexo y sexualidad eran dos conceptos que no se podían separar, por tal hablar de sexualidad era igual a hablar de sexo. Hay que tener en cuenta que durante la Edad Media, dominada por la Iglesia católica, el término sexualidad estaba referido:

“[… A] la copula carnal o coito, es decir el conjunto de relaciones sexuales, pero no solo en su estricta dimensión física.”[4]

Esta dimensión no física está referida al ámbito espiritual y esto porque la manifestación de la sexualidad, entendida como sexo, era vista desde un plano moral, en el cual la carnalidad (acto sexual) era símbolo de pecado, suciedad espiritual e inmoralidad.Además se entendía que el otro era usado como un objeto para la satisfacción personal por ende el “contacto carnal” era egoísta. El acto sexual – manifestación de la sexualidad –era aceptado solamente dentro del matrimonio, siempre y cuando el acto tenga como finalidad la procreación[5].

En cuanto al amor, concepto que agrupa al deseo, al sexo, a la sexualidad y al placer; era entendido bajo dos formas: el amor espiritual y el profano. El amor espiritual, el amor por Dios, significaba una renuncia al sexo, rechazo al contacto corporal y a la consumación sexual. Planteaba otro medio de satisfacción, el éxtasis espiritual, este éxtasis estaba enmarcado en el “cuerpo” de Cristo, pero dicho cuerpo no es carnal sino un cuerpo Verbo-Luz. Al respecto A. Clark dice:

“En sus meditaciones sobre el Cantar de los Cantares, Bernardo subraya que Cristo besaría al creyente con su boca, pero no se trata de una boca de carne sino se trata del Verbo, o Logos[6]

Sucesos como el tocamiento divino (beso) hacían posible entrar en un estado de éxtasis místico donde los involucrados “podían intentar alcanzar el sentido de lo infinito”[7]. Esto bien puede ejemplificarse con las llamadas devotas o místicas y con el movimiento de las beguinas alrededor del año 1200, estas mujeres rechazaban el matrimonio para dedicarse a una vida espiritual y así poder transcender lo físico (las necesidades corporales)[8].

El amor profano, a pesar de diferenciarse del amor místico, manifestó dos tipos de amor profano: el primero aceptaba al sexo (y de más manifestaciones) y el segundo más bien opto por el dolor o sufrimiento amoroso como generador de placer. En el primer tipo de amor profano el deseo,el placer y el sexo; no se oponían a los dictados de la Iglesia más bien se le daba la imagen de ser agente de la fertilidad. Además esta postura era refrendada desde la medicina, la cual concebía al deseo como necesario, el cual debía ser saciado porque era indispensable para mantener la salud y la natalidad. En el segundo tipo de amor profano, se rechazaba el contacto carnal, allí el placer proviene del sufrimiento amoroso[9]. Este tipo de placer estuvo presente dentro del amor cortés o cortesano[10]. El mismo que se evidencia en el poema Roman de la Rose que es objeto de estudio en este trabajo. A continuación abordaremos el contexto que hizo posible su redacción, así como las interpretaciones que se han dado respecto al poema.

II.                        El Roman de la Rose y la Francia del siglo XIII
El contexto del Roman de la Rose es preferible empezarlo en el tránsito de los siglos XII y XIII, siglos donde se empieza a manifestar los cambios dentro de las estructuras económicas, políticas, sociales y culturales. Al respecto Raña Dafonte escribe:

“[…] la enorme importancia del siglo XII, que afectan a todos los aspectos de la vida social, económica, política y cultural. Socialmente, se aprecia el declinar del régimen feudal. […] sucede el florecimiento de la vida urbana, el comercio y la industria artesanal. Surge una nueva clase social, la burguesía, que acabara conquistando franquicias y privilegios de emancipación para sí y para las ciudades.”[11]

Esa conquista de las ciudades por la burguesía será crucial para que se desarrolle la enseñanza laica que poco a poco ira moldeando a la sociedad feudal, para que dos siglos después esto de lugar a lo que conocemos como el Renacimiento y la Reforma religiosa. Los autores del Roman de la Rose no estarán exentos de los cambios que se producen durante el siglo XIII.

El poema Roman de la Rose es un escrito que se redactó entre los años de 1225 -1240 por Guillaume de Lorris y continuado por Jean Meun entre los años de 1269-1278. Para este trabajo nos enfocaremos en el análisis de la primera parte del libro escrita por Guillaume de Lorris (1200-1240), clérigo francés que desarrolla la novela de estilo cortés con claras influencias de Ovidio. En la obra el autor narra alegóricamente su sueño (a causa de haber sido herido por el poder del Amor).En este sueño Guillaume aparece frente a los muros de un hermoso jardín y frente a él hermosas mujeres, doncellas que lo miran fijamente y que le permiten el ingreso al hermoso jardín; allí conocerá a doncellas como Ociosa, Malquerencia, Felonía, Villanía, Avaricia, Envidia, etcétera[12]. En ese jardín el autor llega a conocer el amor y el sufrimiento a causa de la Rosa, y con ello el desasosiego y esperanza por su amada.

En relación al poema se han tejido diferentes interpretaciones, para algunos estudiosos como Haldeen Braddy y Michael Hanly afirman que el poema refleja el cambio que se produce en la sociedad francesa del siglo XIII, según estos autores la obra de Roman de la Roserefleja el choque de dos ideologías, el ideal cortes presente en Guillaume de Lorris y el racionalismo y naturalismo de Jean Meun[13]. Para otros autores como Alicia Yllera, Jean Verdon y Anna Clark[14] consideran que el texto, desde Guillaume de Lorris, es innovador porque trae consigo un replanteamiento del amor, en donde amor y placer van de la mano[15]. Además el texto, a diferencia de los clásicos escritos de héroes y caballeros, tiene como actores principales a la cotidianidad de los jóvenes quienes en medio de la inocencia descubren el amor y el placer que genera el estar enamorado. En este trabajo tomo en cuenta las dos interpretaciones arriba señaladas, pero con una ligera inclinación hacia la segunda. Seguidamente analizare el concepto de amor (y con ello el sexo y la sexualidad, esta vez bajo enmarcado dentro del placer amoroso) dentro del poema Roman de la Rose.

III.                        El sufrimiento amoroso y el placer sexual en el Roman de la Rose
Durante el siglo XIII,al hablar del concepto amor nos estamos refiriendo asimismo al concepto sexualidad (y con ello al placer). Pero el amor al cual nos referiremos no es aquel que atañe a la carnalidad, sino aquel amor producto del sufrimiento por el ser amado. Esta característica está presente en los escritos del Roman de la Rose, donde mujer, placer y amor van junto. Al respecto puede señalarse:

“La mujer amada suscita en el varón una alegría, regocijo sutil que posee también una faceta sensual, pues surge el deseo, que existe aunque no se satisfaga”[16]

Es preciso señalar que en el Roman del Rose el personaje trata de aliviar el amor imposible. En el verso el autor reflexiona:

“El amor; y el amor feliz, colmado o satisfecho (ese espectáculo no puede engendrar nada). Al contrario, el amor perpetuo insatisfecho; y finalmente no hay más que dos personajes: el poeta que, ochocientas, novecientas, mil veces repite su lamento, y la bella que siempre dice que no”[17]

La reflexión de Guillaume señala que el amor sufrido, es siempre mejor que el amor satisfecho (carnal y correspondido), porque eso le quita el placer de saberse amado y que ella piensa en él. En relación al dolor amoroso Guillaume escribe:

“[…] los bienes que alivian a los que caen en los lazos del amor es el dulce pensamiento, que les recuerda las concesiones de esperanza. […] esperanza da consuelo, y él piensa que lo reconforta, le da ánimo y fuerzas suficientes para entregar su cuerpo al martirio. […] suspiros, punzadas y temblores […] El que los desconoce que le pregunte a los enamorados”[18]

Allí asocia el amor al sufrimiento, incluso se puede extrapolar que Guillaume expresa que el amor puede empujar a la muerte del desdichado. Pero el clímax se desencadena cuando el suplicante logar ver a la amada y ser correspondido. Sobre esto Guillaume dice:

“Tendrás una gran alegría en tu corazón por la belleza que estarás contemplando, pero de tanto admirar, tu corazón se abrasará […] harás que se avive el ardiente fuego: el que más mira a quien quiere más enciende su corazón.”[19]

Lo que el autor muestra es la angustia del enamorado, angustia que necesita ser saciada, angustia que se convierte en placer al aproximarse hacia la amada, aproximación que no significa cercanía física, sino cercanía sentimental-pasional.

A manera de conclusión
Había señalado que el concepto de amor, durante la Francia del siglo XIII, contenía dentro sí a los conceptos de sexo y sexualidad, aclare incluso que sexo y sexualidad eran palabras que no tenían una clara separación y menos diferenciación. Entonces hablar de sexualidad en el XIII era lo mismo que hablar de amor. Ahora para entender el concepto de amor, implica profundizar en el tema, y con ello toparnos con una subdivisión de términos que complejizan el tema. Hablar de amor en el siglo XIII involucra verlo de dos modos: el amor espiritual y el profano. El primero invocaba al éxtasis espiritual a consecuencia de la actuación del Verbo-Luz-Logos. El amor profano se subdivide en dos tipos de amor: el amor profano sexual, estrictamente reproductivo (marital) y el amor profano del sufrimiento amoroso. Sobre este último, el amor profano del sufrimiento, es donde el trabajo detuvo su mirada porque ubica allí al Roman de la Rose. Poema que resulta ser una mezcla de literatura cortesana-tradicional y a la vez innovadora en cuanto a la reformulación del concepto de amor, porque a partir del Roman de la Rose el amor empieza a perder su vínculo con lo sexual, el individuo le asignara un nuevo significado al concepto amor, reservándolo más adelante a un plano meramente sentimental.

BIBLIOGRAFÍA
·     BROWN, Peter (2002). A companion to Chaucer. Massachusetts: Blackwell.
·     CLARK, Anna (2010). Deseo. Una historia de la sexualidad en Europa. Madrid: Cátedra/Universitat de Valencia/Instituto de la Mujer.
·   CHARAGEAT, Martine y Miguel Á. MOTIS DOLADER (s/f). “Cristianos y judíos. Sexo en la Edad Media y el Renacimiento”. Biblioteca Gonzalo Berceo. La Rioja. Consulta: 21 de junio de 2013. <http://www.vallenajerilla.com/berceo/florilegio/florilegio/cristianosyjudios.htm>
·  DE LORRIS, Guillaume y Jean MEUN (1986). El libro de la Rosa. Carlos Álvar y Julián Muela Ezquerra (traductores). Madrid: Siruela.
·    GONZÁLES DORESTE, Dulce M. y José M. Oliver Frade (2001). “La mise en page de la fiesta en dos manuscritos del Roman de la Rose”. Écriture, truduire et représenter la fete. Universitat de Valencia, pp. 57-70. Consulta: 1 de julio de 2013.<http://www.uv.es/~dpujante/PDF/CAP1/A/Dulce_Gonzalez_J_Oliver.pdf>
·    YLLERA FERNÁNDEZ, Alicia (1979). “El “Roman de la Rose” y los “Cuentos de Canterbury” de Chaucer: visión del mundo y concepción del hombre y la sociedad”. Cuadernos de Investigación Filológica, número 5, pp. 2-33.  Consulta: 1 de julio de 2013. <http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=68897>
·     RAÑA DAFONTE, Cesar (2009). “Natura optima parens. La naturaleza en el siglo XII”. Revista de Española de Filosofía Medieval, número 16, pp.43-44. Consultado: 22 de mayo de 2013. <http://www.unizar.es/sofime//Revista_Index_archivos/articulos_2009/Articulo_05.pdf
·     VERDON, Jean (2008). El amor en la Edad Media. La carne, el sexo y el sentimiento. Barcelona: Paidós.
·  WORLD HEALTH ORGANIZATION (2006) Defining sexual health. Report of technical consultation on sexual health. Ginebra. Consulta: 30 de junio de 2013. <http://www.who.int/reproductivehealth/publications/sexual_health/defining_sexual_health.pdf>



[1] Miembro del Grupo de Investigaciones Annalicemos Historia (GIAH).
[2]World Health Organization (2006) Defining sexual health.Report of technical consultation on sexual health.Ginebra. Consulta: 30 de junio de 2013. <http://www.who.int/reproductivehealth/publications/sexual_health/defining_sexual_health.pdf>
[3] Ibídem.
[4] Charageat, Martine y Miguel Á. Motis Dolader (s/f). “Cristianos y judíos. Sexo en la Edad Media y el Renacimiento”. Biblioteca Gonzalo Berceo. La Rioja. Consulta: 21 de junio de 2013. <http://www.vallenajerilla.com/berceo/florilegio/florilegio/cristianosyjudios.htm>
[5]Ibidem.
[6] Clark, Anna (2010). Deseo. Una historia de la sexualidad en Europa. Madrid: Cátedra/Universitat de Valencia/Instituto de la Mujer, p. 140.
[7] Ibídem. Para el caso de los amantes (esposos), el orgasmo era un medio por el cual podían experimentar unión mística, el problema de esa unión mística era su carácter efímero.
[8] Ídem, pp. 140-143. La autora señala que tanto místicas como beguinas fueron vistas con el tiempo como enemigas de la Iglesia, debido a que amenazaban el poder sacerdotal, como mediadores entre Dios y el creyente. Muchas de ellas fueron acusadas de practicar la herejía, al respecto pone el caso de Margaret Poret quemada en París en 1310.
[9] Ibídem, pp. 151-152.
[10] Verdon, Jean (2008). El amor en la Edad Media. La carne, el sexo y el sentimiento. Barcelona: Paidós, p. 79-81.
[11] Raña Dafonte, Cesar (2009). “Natura optima parens. La naturaleza en el siglo XII”. Revista de Española de Filosofía Medieval, número 16, pp.43-44. Consultado: 22 de mayo de 2013.
[12] Gonzáles Doreste, Dulce M. y José M. Oliver Frade (2001). “La mise en page de la fiesta en dos manuscritos del Roman de la Rose”. Écriture, truduire et représenter la fete. Universitat de Valencia, pp. 57-70. Consulta: 1 de julio de 2013.<http://www.uv.es/~dpujante/PDF/CAP1/A/Dulce_Gonzalez_J_Oliver.pdf>
[13] Brown, Peter (2002). A companion to Chaucer. Massachusetts: Blackwell. En los respectivos capítulos de Braddy y Hanly ambos coinciden en que el pensamiento racional y naturalista de Jean Meun se debe al despliegue del ideal de la naciente burguesía. 
[14] Haldeen Braddy y Michael Hanly no trabajan directamente el poema Roman de la Rose, ellos estudian la literatura medieval y el amor en la Edad Media.
[15] al respecto pueden revisarse: Yllera Fernández, Alicia (1979). “El “Roman de la Rose” y los “Cuentos de Canterbury” de Chaucer: visión del mundo y concepción del hombre y la sociedad”. Cuadernos de Investigación Filológica, número 5, pp. 2-33.  Consulta: 1 de julio de 2013. <http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=68897>; también revisar Jean Verdon (Óp. Cit.) y Anna Clark (Óp. Cit.).
[16] Verdon, Óp. cit., p. 82.
[17] De Lorris,Guillaume y Jean Meun (1986). El libro de la Rosa. Carlos Álvar y Julián Muela Ezquerra (traductores). Madrid: Siruela. Verso 77.
[18] Ídem, p. 77
[19] Ibíd., p. 165.

No hay comentarios: