Semana de historia, 2011
Por
Viviana Paola H[1].
En este escrito quiero expresar lo que a menudo he observado y comprendido sobre la
mirada de los ingresantes frente a los diversos panoramas que enfrentan. Si bien estoy a puertas de culminar
el quinto ciclo, y quizá sea un poco ambicioso tener la razón completamente con
lo que diré en adelante, a pesar de eso me permito hoy escribir lo que a menudo he manifestado en conversaciones con amigos y no amigos,
compañeros, conocidos dentro del espacio de la facultad de Ciencias Sociales. Específicamente,
cuando abordo la denominación de mirada, es hacia los prospectos que un
estudiante de primer año tiene sobre todo lo que observa a su alrededor, y lo
que hace para conseguir eso. Así mismo, abordo estás líneas limitando mi tiempo
y espacio, Centro de Estudiantes de Historia en el intervalo del 2011-2013.
En el 2011
sencillamente fuimos ingresantes[2], nos hablaron de la existencia de un CEHIS,
muchos tomamos a ese espacio como parte de nosotros, con la consigna de lograr
cosas para todo el estudiantado de
historia. Si bien puede sonar como algo quimérico, pues así lo sentimos. En las
Asambleas Generales se hicieron notar los sectores de estudiantes que existían.
No se puede ocultar que por su naturaleza en este espacio se generen grupos con
opiniones e intereses diferentes. Así mismo, es inadmisible que se haya desarrollado una intolerancia de algunos estudiantes
contra otros. Pudo más su discordia, que el hecho de ser
capaces de encontrar puntos en comunes. Quizá, faltó tener mayor comprensión de
la realidad, pues sabido es, que todos tenemos intereses, la idea es buscar intereses
comunes y trabajar bajo estos, lamentablemente un olvido sobre esta regla
básica prevaleció durante todo el 2011, y parte del 2012. Nuestro entusiasmo
como primer año y las ganas por hacer distintas cosas colectivamente pudieron más,
y no mermó un año después, nuestra participación como base con el Centro de
Estudiantes; si bien no generamos cambios definitivos en la configuración de este, quedo el hecho de
seguir trabajando con los que dispuestos estaban en hacerlo, y si había que
esperar a una base ingresante, lo haríamos. Lo que modestamente podíamos
enseñar como estudiantes de segundo año, es a tener actitud y a trabajar bajo
un común fundamento de intereses.
Por otro lado, los
estudiantes de la Base Doce demostraron tener una actitud desbordante a la hora
de colaborar, eso quedó claro con su participación durante casi todo el 2012. A
pesar de los inconvenientes que se suscitaron a finales de ese año, la
situación se supo sobrellevar, y actualmente las bases con un ánimo de lograr
cosas, se encuentran trabajando por el CEHIS.
En este año, asumí el
cargo de Secretaria General del Centro de Estudiantes de Historia, esto demanda
tener un contacto más directo con los estudiantes de las diferentes bases de la
escuela, conocer a los ingresantes de la Base Trece, resultó ser una de las cosas
más significativas. Y esto se debe a que pude recordar una vez más, tal como se
dio en el 2012, aquel entusiasmo que se tiene cuando uno está en primer año.
Dispuestos a estar presentes donde haga falta, hacer lo necesario para
conseguir los objetivos. Esto no significa que sólo nos quedemos en tener las ganas de…, sino de concretizar. Para
ello, se requiere tener una adecuada formación y preparación, el hecho de que
nos encontremos trabajando en un ámbito que incide en una participación
política, eso no se deslinda de ninguna manera de la formación académica. Este
último, debe prevalecer más que el primero, básicamente sólo vasta con
respondernos, ¿Por qué razón ingresamos a la universidad?.
Por otro lado, algunos sentimos que no nos
podemos escapar de la situación en la que se encuentra nuestra universidad,
Facultad o Escuela, y por esa razón nos sumamos a la lucha por defender algunos
derechos que sentimos que se encuentran amedrentados por nuestras autoridades.
Entonces, se generan dos espacios, que no se contraponen, y que muy bien se pueden llevar de la mano. Si uno decide estar inmerso en estos ámbitos, está bien –dando
el lugar que le corresponde a cada
uno-. Al fin y al cabo, lo que nos
llevamos de nuestra vida universitaria a parte de nuestra experiencia adquirida
ahí, son los conocimientos que nos deja cada profesor, el aprendizaje de aquellas conferencias, talleres, coloquios o
congresos en los cuales decidimos participar, aquellos cursos electivos que enriquecieron
nuestra vida académica, y sobre todo los libros que leímos para desarrollar nuestros
trabajos de investigaciones, herramientas que servirán para la realización de
nuestra tesis. Básicamente, no debemos olvidar lo importante que es para nosotros como
estudiantes de historia, leer y
escribir. Y sí algo debemos enseñar principalmente
a nuestros jóvenes compañeros, es eso.
Considero que si
queremos empezar una reconstrucción de nuestro Centro de Estudiantes, eso
dependerá de nosotros, en especial de las generaciones jóvenes. Ellas necesitan
alicientes para seguir adelante, no restricciones ni subestimaciones. Y como un
buen amigo me decía, debe siempre prevalecer el cambio generacional, en un
momento de la vida nos toca aprender y en otro el de enseñar; ellos son los que
dirigirán lo que les dejamos. Por último, no perdamos la actitud y desarrollemos
más nuestras aptitudes.
1 comentario:
Buena publicación :)
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