domingo, 3 de febrero de 2013

MITO-RITO Y RELIGIOSIDAD IQUEÑA: PRIMER ACERCAMIENTO AL ESTUDIO DEL SEÑOR DE LUREN



Miguel Antacabana Angulo
miguel_an@outlook.com
Annalicemos Hist8ria

Este escrito tiene por objetivo fomentar el interés en el estudio de la festividad del Señor de Luren, patrono de la ciudad de Ica. Esto debido a la escasa producción histórica sobre dicho Santo y su festividad. El escrito se divide en dos partes, la primera intenta ser una entrada teórica-descriptiva sobre el Señor de Luren y los mitos que “explican” su origen divino. Mientras que en la segunda parte, me ocupo de la religiosidad y la representación de Cristo en Ica.  
1.     Mitos–ritos sobre el origen divino del Señor de Luren
Cuando se habla del mito nos estamos refiriendo a la narración que puede situarse fuera del tiempo histórico (en el sentido cronológico) donde los personajes de dichos mitos son por lo general de carácter divino (en algunos casos héroes). Al respecto Mircea Eliade nos dice:
“[…] el mito cuanta con una historia sagrada; relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, el tiempo fabuloso de los "comienzos". Dicho de otro modo: el mito cuenta como, gracias a las hazañas de los Seres Sobrenaturales, una realidad ha venido a la existencia, sea de la realidad total, el Cosmos, o solamente un fragmento: una isla, una especie vegetal, un comportamiento humano, una institución […] En suma los mitos describen las diversas, y a veces dramáticas, irrupciones de los sagrado (de lo "sobrenatural") en el mundo.”[1]
En el caso del Señor de Luren, hay que dirigir nuestra mirada a las narraciones míticas tejidas sobre la imagen tallada, estas narraciones de tienen su origen con la fundación de Ica por Nicolás Rivera “El Viejo”, quien manda a tallar la imagen de un Cristo para la Villa de Valverde[2]. Las narraciones hacen alusión a “situaciones divinas” por la cual la imagen tallada se quedo en Ica. La primera narración relacionada a la imagen, tiene que ver con un fenómeno natural (una tempestad marítima), de la cual la imagen salió airosa – cuando fue presa de dicho fenómeno natural – y por tal se la empezó a venerar[3]. La segunda, está referida a la llegada de la imagen por “razones” inexplicables, aunque las “razones” podrían ser designios divinos, ya que el portador de la imagen tallada era un ferviente católico inglés o alemán que se dirigía hacia el Callao pero que por azares del destino llego a Pisco, allí la imagen empieza hacer objeto de veneración, luego es trasladada hacia Ica, lugar en el cual manifestó su deseo de quedarse para ser venerada.
Este relato mítico de la llegada de la imagen sea por “situaciones divinas” o por “razones inexplicables” es utilizado como elemento unificador y legitimador, dentro de un asiento colonial como fue la Villa Valverde. A través de ese mito es que se busco crear una identidad local, para mantener el poder de los caciques locales y de los nuevos conquistadores.
Mientras el rito quiere dar a entender la existencia de un acto que puede ser religioso y el cual es objeto de repetición constante (sin variaciones). De manera muy general se considera a los ritos como la ejecución del mito – mito llevado al plano de la práctica humana – por tal los ritos contienen caracteres simbólicos. La práctica ritual busca reforzar y revitalizar el mito.[4] En la práctica ritual relacionada al Señor de Luren esta se concretiza en la procesión del santo iqueño (fiesta ritual). Esta práctica ritual se origina alrededor de 1570, año en el cual las órdenes religiosas empiezan, por esta zona, la evangelización de los indios. En la procesión el Cristo de Luren cada reducción se encargaba de organizar la procesión, se turnaban por día, de la mano con la hermandad (véase imagen 1[5]).
Imagen 1
En esta celebración – la procesión – se expresan las tradiciones y la identidad, por tal se convierte en un mundo de sentido para lo iqueños. Procesión que tiene un carácter popular – desde sus orígenes – allí el pueblo puede manifestar sus creencias y deseos, además inserta al conjunto de la población en estructuras que permiten reproducir el orden y en otros casos cambiarlo[6]. Todo ello lo pudimos comprobar cuando tuvimos la oportunidad de entrevistar a pobladores iqueños y preguntarles sobre la relación del Cristo con la ciudad de Ica, pudimos evidenciar que el Cristo generaba una sentido pertenencia comunitario muy fuerte en la población, por tal pudimos inferir que el Santo Patrón es el medio por el cual los iqueños de identifican, se sienten parte de la misma comunidad[7].
2.     Religiosidad y representación de Cristo a nivel local
La religiosidad católica está asociada al “hijo de Dios”, Jesús, Jesucristo o simplemente Cristo, lo que el católico entiende de todo ello es la importancia que tiene el sacrificio de Cristo por los hombres, y que la finalidad fue la búsqueda de la salvación de todo ser humano. En el caso del catolicismo andino la religiosidad de manifiesta a través de:
“[…] desde el punto de vista ritual, estos contenidos cristológicos se concentran ante todo en las fiestas y devoción a la Cruz en sus diversas formas y con su gran diversidad de matices regionales.”[8]


En el uso de símbolos el catolicismo andino impuso la como emblema general la Cruz como único medio por el cual se hace referencia a Cristo. En el caso del Señor de Luren, la imagen tallada se encuentra ubicada en la Cruz (véase imagen 2[9]).
Imagen 2
La imagen tallada de Cristo no solo simboliza el nexo con Jesucristo y con la iglesia, también nos da a entender la importancia que este ente tiene en la vida cotidiana de los creyentes[10].
Catolicismo andino es una cultura de la imagen, por ende en la religiosidad o práctica religiosa andino-católica se hace indispensable la existencia de una imagen alusiva o representativita a Cristo al igual que de cualquier santo o santa. Al respecto Marzal escribe:
“[…] al analizar el pluralismo católico, es el santo, o sea, la representación visible de Jesucristo, de la Virgen María o de algún santo del calendario católico […]
1) La devoción al santo es una forma de fe, […] por la que se establece una relación profunda en el santo y su devoto y por la que éste tiene plena confianza […] Esta relación nace casi siempre por motivos culturales, por ser el santo venerado desde hace mucho tiempo en la propia familia o por ser el patrono del propio pueblo; […]”[11]
En este punto cabe mencionar la entrevista a la señora Domitila Carrera que nos aseguro ser devota del Señor de Luren desde hace sesenta años y que accedió a una pequeña entrevista con nosotros. De dicha entrevista pudimos comprobar que su acercamiento a la devoción por el Señor de Luren fue vía su madre (también fue una ferviente católica) y porque en Ica se acostumbraba sacar en procesión al Cristo en los meses de marzo, por semana santa y en el mes de octubre, tiempo en el cual la imagen esta en sus días festivos.[12]
Para los pobladores iqueños la imagen del Cristo de Luren no resulta ser la imagen de Dios mismo sino, se lo ve como medio por el cual se puede interceder con el Dios “verdadero”. En ese contexto juega un papel importante la procesión entendida como fiesta ritual, como elemento de agradecimiento por lo “milagros” cumplidos durante el año.[13]



[1] Eliade, Mircea (1991). Mito y realidad. Barcelona: Labor, p. 7.
[2] En a principios de la conquista Ica tenía el nombre de Villa de Valverde. Fundada por Nicolás Rivera “El Viejo”,  quien fue su primer encomendero. Rivera será quien fundara los pueblos de indios de Santiago de Luren Ika, de Purísima Concepción de Anan – Ika y San Juan Bautista de Urin – Ika.
[3] El relato da cuenta que la imagen tallada del Cristo de Luren salió intacta del fenómeno natural, las olas lo arrastraron hasta las orillas de Pisco.
[4] Sánchez Nogales, José Luis (2003). Filosofía y fenomenología de la religión. Salamanca: Secretariado Trinitario, p. 425.
[5] Rossel, Alberto (1964). Historia regional de Ica. Lima: UNMSM, p. 30.
[6] Novi, Angeli (2004). Practicas evangelizadoras, representaciones artísticas y construcción del catolicismo en América (siglos XVII – XX). Lima: PUCP,  p. 172.  
[7] Las entrevistas que se mencionan en este escrito son parte de un trabajo en el curso de Historia de las Religiones.
[8] Gonzales Martínez, José L. (1987). La religión popular en el Perú. Informe y diagnostico. Cusco: Instituto Pastoral Andina, p. 80.
[9] Esta fotografía es de nuestra propiedad, tomada el 23 de octubre del 2012.
[10] De los chicos que pudimos entrevistar la mayoría podía recitar por completo el Credo del Señor  de Luren.
[11] Marzal, Manuel (2002). Tierra encantada: tratado de antropología religiosa de América Latina. Lima: PUCP, pp. 374 – 375.
[12] Incluso nos dijo que antes se le sacaba en procesión el día de todos los santos, en el mes de noviembre. Actualmente ya no sale en procesión en el mencionado día debido a que ese día se le ha reservado para los santos y vírgenes menores.
[13] Marzal, Manuel, óp. cit., p. 377.

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