LA UNIVERSIDAD Y LA SOCIEDAD: LOS MOVIMIENTOS ESTUDIANTILES EN CHILE Y EN PERÚ (I)
Angel Adrian Sandoval Sánchez
21 de agosto de 2011
Empieza un nuevo ciclo académico tanto en las universidades públicas como privadas, las vacaciones de medio año en los diversos colegios e instituciones educativas públicas y privadas concluyeron días atrás; alumnos y estudiantes retoman con cierto entusiasmo o tal vez pesadez el reinicio de sus actividades y los nuevos retos de esta parte del año, sean de carácter académico o institucional, como el caso de los gremios universitarios. En las diversas aulas se observa con cierta indiferencia o preocupación la situación tan distinta en el país vecino del sur: de una u otra forma, colegiales y universitarios tienen cierta información sobre las huelgas y marchas realizadas por sus pares chilenos.
La situación por la que atraviesa el gobierno de Piñera se va complicando cada día más, y amenaza con ser una total revolución estudiantil de no aplicar las medidas correspondientes para frenar (sea de raíz o superficialmente) dichas manifestaciones de una parte importante de la sociedad, como lo es el sector estudiantil. Universitarios, colegiales de secundaria, estudiantes de instituciones, apoyados por diversos sindicatos y teniendo la aprobación de un importante sector de la sociedad chilena, conforman uno de los mayores problemas sociales que se ha enfrentado el gobierno de Chile desde el regreso de la democracia a su país. ¿Sus reclamos? La gratuidad de la enseñanza secundaria y terciaria (universitaria), desmunicipalización y estatización de la educación en general, malla curricular escolar estandarizada, aumento del gasto público y reforma de la Constitución de 1980, entre otras peticiones.
Iniciado con las movilizaciones de la Universidad Central en el mes de abril, estas protestas son lideradas por jóvenes universitarios como Camila Vallejo (quien ha tomado últimamente mayor protagonismo) que ha sabido responder con éxito (hasta ahora) a las circunstancias impuestas por el contexto y la historia contemporánea de la sociedad chilena. Por ahora, el mayor logro obtenido es el cambio de Joaquín Lavín por Felipe Bulnes en el ministerio de educación.
Los medios de comunicación peruanos no brindan una mayor información de lo sucedido en el país vecino, siendo, en porcentajes, las noticias “amarrillas” el predominante común en sus portadas, ¿Será para evitar nuevas movilizaciones universitarias como la ocurrida en el 2008 en la Universidad San Marcos (UNMSM) ante la violación de su autonomía? Si bien esta última demostración del “poder social” universitario no ha tenido la aprobación mayoritariamente de la sociedad peruana (debido entre otras cosas a sus antecedentes terroristas, la mentalidad pragmática de la sociedad y la protesta fuera de tiempo ante una obra ya casi consumada), llama la atención de la poca difusión en los medios y, sobretodo, del poco debate surgido en las universidades de un fenómeno social con ya cuatro meses de presencia. Menciono esto último puesto que muchos de los gremios y grupos políticos universitarios tienen como bandera y premisa la lucha por los derechos estudiantiles (o al menos dicen), esos mismos por los que nuestros pares chilenos están en protestas desde abril del presente.
Pero lo que llama la atención a simple vista es la masiva presencia de los universitarios y escolares en las calles de Santiago y otras ciudades importantes, que en la “Marcha de los paraguas” del 18 del presente mes convocó a cerca de 100 000 estudiantes alrededor de las principales ciudades chilenas [1]. ¿Se imagina usted una manifestación parecida en nuestro país convocada por estudiantes y aceptada por la población? La respuesta mayoritaria seguramente será un rotundo no. Tratemos de ver algunas causas de la negativa respuesta brevemente.
¿Necesitamos una Camila Vallejo en nuestro país? Más que buscar un nuevo líder en la sociedad universitaria, como lo plantea el historiador Manuel Burga [2], debemos buscar revertir este fenómeno que denomino “secularización de la política” que afecta a gran parte de los estudiantes universitarios. La Universidad de San Marcos es el escenario al cual nos referiremos en lo siguiente al ser una de las abanderadas en los movimientos estudiantiles. Para que un movimiento político tenga la gran acogida demostrada en Chile es necesario una participación activa del estudiantado en las actividades gremiales universitarias, pero ¿Cómo sumarse a las actividades gremiales que sólo demuestran luchar por fines banales y coyunturales? Protestas como mayor cantidad de raciones alimenticias y de residencia, al ser de naturaleza coyuntural y sectaria, empañan la lucha de la mejora en la calidad de la educación, de naturaleza estructural y general, y desanimando cada vez más a los nuevos ingresantes de esta casa de estudios. Pero vale preguntarse ¿Han hecho algo nuestros estudiantes por cambiar este sistema gremial que en teoría los representa? La parsimonia, el desinterés y el rechazo a inmiscuirse en estos sistemas de representatividad estudiantil son características de esta secularización política. Recordemos que en la verdadera democracia son las bases que están detrás de sus representantes, presionándolos y exigiéndoles que sus actividades no se desvíen de sus objetivos generales con los representados. Reclamar en silencio es la nueva forma de respuesta ante la ineficacia gremial. Camila Vallejo se sentiría frustrada en San Marcos u otra universidad peruana. La gran diferencia entre nosotros y nuestros pares chilenos es la mentalidad y el sentido de ciudadanía. ¿Estudiamos sólo para triunfar en lo personal, o para cambiar la sociedad con nuestro accionar? Ustedes contesten la interrogante.
[1] Radio Cooperativa (página web), consultado el día 21 de Agosto del 2011. http://www.cooperativa.cl/sin-incidentes-culmino-multitudinaria-marcha-por-la-educacion/prontus_nots/2011-08-10/065719.html
[2] Manuel Burga. “¿Nos falta una Camila Vallejo?”. Diario La República (18/08/11). http://www.larepublica.pe/18-08-2011/nos-falta-una-camila-vallejo
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