LA INTERNET Y LA EDUCACIÓN
Por Luis Paliza Sanchez
Antes de iniciar este artículo tuve la satisfacción de leer Piedra de Toque: Más información, poco conocimiento, por Mario Vargas Llosa . Indiscutiblemente tiene razón, el hombre se esta robotizando, hemos perdido la continuidad de leer y estamos convirtiendo la Internet en parte de nosotros, de nuestras vidas. Lamentable, esta realidad pareciera ser latente en nuestra sociedad; no existe en el Perú costumbre o “cultura de lectura”, lo poco que se lee es estupidez o no tiene valor estricto. Y esto se expande en todos los lugares así como lo hace la Internet, con su slogan de “unirnos a todos”.
La educación en el Perú es aún muy pobre, está por debajo de Cuba, Brasil, México, Chile, Argentina, Colombia, Venezuela, entre otros. El Perú tiene una rica historia, prodigiosos literatos, multiculturalidad viva y compleja; pero muchos de nosotros vivimos detrás de ello, estamos de espaldas a nuestra historia, no reconocemos nuestras figuras literarias y aún rechazamos al “otro”, que es parte de nosotros. La indiferencia a la Educación por parte del Estado y de las instituciones permiten que estudiantes busquen una alternativa facilista: la Internet. No es que debamos terminar con la PC, lo correcto sería que exista un acercamiento de enseñanza, de cómo saber utilizarlo, de aprovechar la información, la “buena información”; acompañado del clásico material de enseñanza: el libro, enseñando a escribir. Esto puede permitir que el estudiante tome la Internet como una herramienta educativa y recreativa y no como parte de su vida. Esto es aún muy complejo, porque el sistema nos impone trabajar con esto e incluso depender esta globalización. La cruda realidad mucha veces esta en contra de nuestros ideales.
Hay muchos estudiantes que acaban el colegio sin haber leído ningún libro, sin haber escrito algo, incluso acaban sin saber escribir. Por supuesto, que también es triste reconocer universitarios que no saben reconocer a personalidades nacionales; profesionales que sólo buscan trabajar y ganar dinero. Estos males: la pobre educación, la dependencia de la Internet, el rechazo a la cultura, la universidad-negocio y otros, tiene, por supuesto, sus responsables, principalmente el Estado y los medios de comunicación (televisión, radio, periódicos, Internet). Entregar libros a los colegios con deficiencias de escritura, sin imparcialidad histórica y con una visión centralista genera desequilibrios en la formación escolar y social. Los medios de comunicación cumplen un rol pasivo ante estas deficiencias, convierten al hombre en un “inconsciente social”, dependiente del consumismo, no es capaz de reaccionar y reconocer su realidad. De alguna u otra manera, la dependencia de los medios de comunicación, la Internet con más razón nos convierte en incapaces de fortalecer nuestra cultura, nos inutiliza a leer a escribir y a pensar. Sentarse frente a una pantalla, teclear, mirar, reír, jugar, por varias horas, convierte al hombre en un objeto en una mercancía que vende su tiempo a un artefacto y le genera más valor, su utilidad cada vez es más fuerte, así como su dependencia: el hombre se deshumaniza, pierde su esencia de independiente y de crítico.
La labor de la nueva ministra, Patricia Salas debería ser distinta a las que se dieron en los anteriores gobiernos del fujimorismo y el aprismo. Debe revolucionar la educación el Perú, integrar a la sociedad a los cambios, siendo los estudiantes los más privilegiados. Fomentar la lectura en todos los ámbitos, establecer códigos de identidad y de compromiso social, incentivar a la educación universitaria. Por supuesto que en cinco años no cambiará todo, pero debe poner las bases en donde se comience a contribuir a la lectura y escritura.
La educación en el Perú es aún muy pobre, está por debajo de Cuba, Brasil, México, Chile, Argentina, Colombia, Venezuela, entre otros. El Perú tiene una rica historia, prodigiosos literatos, multiculturalidad viva y compleja; pero muchos de nosotros vivimos detrás de ello, estamos de espaldas a nuestra historia, no reconocemos nuestras figuras literarias y aún rechazamos al “otro”, que es parte de nosotros. La indiferencia a la Educación por parte del Estado y de las instituciones permiten que estudiantes busquen una alternativa facilista: la Internet. No es que debamos terminar con la PC, lo correcto sería que exista un acercamiento de enseñanza, de cómo saber utilizarlo, de aprovechar la información, la “buena información”; acompañado del clásico material de enseñanza: el libro, enseñando a escribir. Esto puede permitir que el estudiante tome la Internet como una herramienta educativa y recreativa y no como parte de su vida. Esto es aún muy complejo, porque el sistema nos impone trabajar con esto e incluso depender esta globalización. La cruda realidad mucha veces esta en contra de nuestros ideales.
Hay muchos estudiantes que acaban el colegio sin haber leído ningún libro, sin haber escrito algo, incluso acaban sin saber escribir. Por supuesto, que también es triste reconocer universitarios que no saben reconocer a personalidades nacionales; profesionales que sólo buscan trabajar y ganar dinero. Estos males: la pobre educación, la dependencia de la Internet, el rechazo a la cultura, la universidad-negocio y otros, tiene, por supuesto, sus responsables, principalmente el Estado y los medios de comunicación (televisión, radio, periódicos, Internet). Entregar libros a los colegios con deficiencias de escritura, sin imparcialidad histórica y con una visión centralista genera desequilibrios en la formación escolar y social. Los medios de comunicación cumplen un rol pasivo ante estas deficiencias, convierten al hombre en un “inconsciente social”, dependiente del consumismo, no es capaz de reaccionar y reconocer su realidad. De alguna u otra manera, la dependencia de los medios de comunicación, la Internet con más razón nos convierte en incapaces de fortalecer nuestra cultura, nos inutiliza a leer a escribir y a pensar. Sentarse frente a una pantalla, teclear, mirar, reír, jugar, por varias horas, convierte al hombre en un objeto en una mercancía que vende su tiempo a un artefacto y le genera más valor, su utilidad cada vez es más fuerte, así como su dependencia: el hombre se deshumaniza, pierde su esencia de independiente y de crítico.
La labor de la nueva ministra, Patricia Salas debería ser distinta a las que se dieron en los anteriores gobiernos del fujimorismo y el aprismo. Debe revolucionar la educación el Perú, integrar a la sociedad a los cambios, siendo los estudiantes los más privilegiados. Fomentar la lectura en todos los ámbitos, establecer códigos de identidad y de compromiso social, incentivar a la educación universitaria. Por supuesto que en cinco años no cambiará todo, pero debe poner las bases en donde se comience a contribuir a la lectura y escritura.
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