lunes, 25 de julio de 2011

Por la laguna de las sombras

UN PERÚ PARA TODOS


Por Luis Paliza Sanchez


La pasión es de locos. Aún en mis 20 años no conocía lo que era ganar “algo” con mi selección de futbol. Me contagiaba de las emociones que recorrían las palabras de mi padre, recordando a los mundialistas de México 70, Argentina 78 y España 82; de los jugadores como Sotil, Cubillas, Cueto, Uribe, Ramírez, Barbadillo, Oblitas, Navarro, entre otro; pero ellos estaban sólo en el recuerdo de mi padre. El escepticismo que los peruanos que han visto jugar al Perú, durante esos años, se entiende, no sorprende escuchar su desinterés, enojo y, en ocasiones, franqueza cuando critican a los jugadores actuales.

En esta edición de la Copa América, la selección ha devuelto la alegría hasta a los más “viejos”, nos devolvió la euforia de gritar gol y aplaudir al final por el triunfo. Nos emocionamos e imaginamos jugar la final y levantar la Copa, cuando le ganamos a Colombia; pero antes de ello, ni el más optimista creía que la selección llegaría tan lejos. Markarian nos devolvió el alma, porque los cuerpos ya estaban; le debemos a Guerreo por levantarnos del asiento cuando tenía la pelota entre sus pies; disfrutamos las piruetas y el estilo peculiar de Chiroque frente a los chilenos y colombianos; gozábamos cuando Vargas corría, llevaba y disparaba; aplaudíamos las voladas de Fernández. También renegamos, gritamos, festejamos.

Podemos ganar, podemos llegar lejos: podemos pensar así, podemos pedir más, podemos estar orgullosos. La decadencia de nuestro futbol empezó a inicios de la década de los 80. Han pasado casi 30 años y hemos perdido el sentido de ilusión. Ahora nos encontramos ante otra cara, el destino tardó, pero acaba de llegar. El fin es dejar todo en la campo y ganar.

Tenemos jugadores que nos han devuelto la alegría, tenemos el estilo que nos identifica, tenemos un técnico que nos empuja, tenemos una hinchada que está en las buenas y las malas, tenemos esperanzas en la selección y tenemos orgullo de ser peruanos. Nadie puede negar lo que somos, nadie puede escribir blasfemias de nosotros, nadie puede murmurar a nuestras espaldas, nadie puede humillarnos, porque nadie puede.

Ahora podemos ir a las eliminatorias, podemos ir al estadio con optimismo, prender el televisor o la radio y sentarnos a ver y escuchar. Animarnos y excitarnos, podemos ganar. Esta selección nos une, a todos, a los de ayer y a los de hoy; a los tristes y a los alegres; a los de la Trinchera y a los del Comando; a los políticos y a los honestos; a los de izquierda y a los de derecha; a los parados y a los sentados. Es un Perú para todos, por eso es que la pasión es de locos.

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