Bach. Gonzalo Paroy Villafuerte
gonzalo_paroy@hotmail.com
Historia - Universidad Nacional Mayor de San
Marcos
Sumilla
El contexto post-fallo de
La Haya amerita una reflexión de cuestiones que aun quedan pendientes por parte
de las autoridades y de la historiografía: en Arica aun existen derechos y
propiedades peruanos. Pretendemos reconstruir y reflexionar en torno a los predios adquiridos por el
Estado peruano durante el plebiscito en la década de 1920, y sobre las
servidumbres chilenas a favor del Perú. Estos derechos en Arica no solo son
desconocidos por una gran mayoría de peruanos, sino que la inacción la política
ha llevado a una
progresiva pérdida de soberanía y derechos que el Perú posee por ley.
INTRODUCCIÓN
En junio del año pasado la Comisión de Transporte
y Comunicaciones del Congreso de la República del Perú aprobó por unanimidad un proyecto de Ley que
declaraba de «interés nacional y de necesidad pública, la
recuperación y aprovechamiento sostenible del patrimonio histórico peruano: ferrocarril
Tacna-Arica, muelle peruano en Arica y el predio "Chinchorro"»[1]. Hoy, a meses de conocido el fallo de La Haya, no se conoce más acerca de
los supuestos recuperaciones que justificaban dicha ley, lo que motiva a suponer que la ley fue parte del
patrioterismo propio de este juicio internacional. Pensamos en algún momento de
este proceso que al menos los antiguos "símbolos de resistencia peruana", derechos o propiedades peruanos en Arica realmente cobren
el valor histórico
que tienen en potencia por su significado (si se quiere, patriótico), lo que
asociado al proyecto pudo haber encajado de esa manera, pero, al parecer todo
quedará en el discurso. Una vez más la gran mayoría de peruanos desconoce su historia, desconoce que espacios y derechos peruanos aun combaten en
Arica, pero que
parece ser una
derrota anunciada por la poca labor de la historiografía en este tema, como de
la inacción de las autoridades competentes (gobierno Regional de Tacna y
Ministerio de RR. EE. principalmente).
De esta manera, pretendemos reconstruir la
olvidada historia de los predios peruanos en Arica y de los derechos y
servidumbres por parte de Chile al Perú tras el tratado de 1929, a su vez de
reflexionar sobre la larga diplomacia que, paralelamente a los muchos documentos sobre límites
terrestres y/o marítimos, hubo de manera similar un largo trabajo sobre el
cumplimiento de las
servidumbres a favor de Perú en Arica[2]. Así mismo, la reflexión que amerita la situación
actual, de olvido en el acto, contra la "revaloración" en el discurso, que solo da una
continuidad a un largo olvido. Son tres los aspectos por los cuales
consideramos que la Historia debe tomar el tema:
1) La larga historia diplomática ha sido escrita por diplomáticos, no por historiadores, falto de una
contextualización y un análisis comparativo, cronológico o discursivo. Alfonso
Barrantes y Fabián Novak han dejado, el primero una serie de análisis y documentos jurídicos, el
otro, una memoria documentada de las acciones de la cancillería peruana, que
ante los ojos de un analista histórico deben ser las fuentes de información de
las cuales partir;
2) El contexto
presente post-fallo de La Haya amerita no un mero discurso de
"revalorización", sino, actos reales que estén fundados en un amplio
antecedente histórico, necesario para conocer el potencial de los derechos y
predios, y la
inclusión a la cultura, geografía y soberanía; y
3) Esta historia (de los predios y los
derechos peruanos en Arica) ha sido olvidada y es desconocida, lo que da paso a que
los derechos y propiedades obtenidos no solo para que termine la guerra, sino
para no olvidar a los peruanos caídos, se pierda por inacción peruana.
Planteamos los problemas para iniciar el recorrido
histórico: ¿El Estado
peruano ha ejercido sus derechos de servidumbres perpetuas y aprovechado el significado patriótico e
históricos de sus predios durante el periodo 1929-2014?, ¿Cuáles han sido las
actitudes y actos de las autoridades estatales, y regionales en este largo
periodo de relaciones bilaterales al respecto de las servidumbres y predios mencionados?
I.- MÁS DE UN SIGLO DE
DIPLOMACIA.
En este apartado no queremos hablar de cada
acuerdo, tratado o acuerdo de relación bilateral, sino, establecer una
cronología resaltando las tendencias de la diplomacia entre Perú y Chile, pues
esta ha tenido a lo largo de la Historia, acercamientos y alejamientos, donde siempre ha
sobresalido que comparten una compleja red de relaciones. Este "más de un siglo
de diplomacia" lo analizamos por periodos y tendencias
que deben ser contextualizadas. A grandes rasgos, seguimos la periodización presentada por Antonio Zapata[3].
Iniciaremos con el Tratado de Ancón de 1883 que da
por terminada la guerra, pero que inicia una larga batalla diplomática por la
tenencia soberana de Arica y Tacna[4]. La batalla no fue solo en las embajadas peruanas
y chilenas, sino que
se llevó a
Norteamérica y terminó
finalmente con el Tratado de 1929. Estos años se caracterizan entre otras cosas por una
inteligente pero limitada negociación de los enviados por el Perú a cargo de
Manuel de Freyre y Santander[5]. Limitada porque en la práctica, Chile había ocupado 4
décadas los territorios, el Perú soportaba la crisis fiscal del leguiísmo y no contaba con fuerzas militares que
respalden la diplomacia. Las conversaciones con representantes chilenos y norteamericanos
son paralelas a los abusos cometidos contra los peruanos que hacían campaña a favor de su patria, que
fueron desde deportaciones, hasta masacres. Aun en el mismo año del fin de la
guerra, peruanos de Tarapacá iniciaron su lucha burocrática para ser declarados ciudadanos
peruanos[6]. Las negativas chilenas de llevar a cabo el plebiscito llevaron a varias
propuestas entre 1925
y 1926 como la
creación de un "Estado independiente en Tacna y Arica cuya neutralidad
debería ser garantizada por Chile, Bolivia y el Perú"[7], entre otras. Tras este periodo de tensión de "Plebiscito imposible", recién en 1928 tras la reunión en
La Habana de las cancillerías, se reanudan las conversaciones entre Chile y el
Perú sin mediación de EE. UU. Pero es precisamente este periodo el que
explicará los siguientes, pues hasta el momento, aun la idea de la guerra y la invasión, aunada
a la repatriación de Tacna, forman parte del sentimiento nacionalista que se
torna en gran medida antichileno y que anticipaba la "difícil convivencia.
Es allí donde se
forman los imaginarios
sobre los chilenos, incorporando una imagen negativa del otro[8]. La sesión de servidumbres perpetuas al Perú en Arica forman parte del
cuerpo de negociaciones necesarias para finalizar esta etapa.
La década del treinta trajo intentos de paz que se materializaron en buenas
ideas, como el combinado del Pacífico formado por jugadores de futbol del Perú
y Chile que se fue de gira a Europa entre 1933-1934, la mediación chilena en el
conflicto con Colombia por Leticia en 1933. En 1942 la situación fue similar, Chile fue mediador en el conflicto peruano
con Ecuador, por lo que fue declarado garante de la paz de Río de Janeiro. incluso se redactó un
Protocolo en 1934 donde se pretendía cambiar las servidumbres por una suma de
dinero. Así este
periodo que comprende
las décadas del 30 a la del 50, se caracterizó por un acercamiento social,
cultural, comercial y diplomático. Fue este acercamiento lo que permitió
establecer las bases de lo que hoy es el moderno derecho internacional sobre el
mar adyacente. Manuel
Rodríguez asegura que antes de 1947 no existía ningún instrumento jurídico ni
prácticas que permitan establecer límite marítimo[9]. La situación varió para los documentos de 1952 y 1954 que fueron de
intenso debate en La Haya, pero que en su momento respondió a las buenas iniciativas de acercamiento
de estas naciones. En 1952, ambos países junto a Ecuador negociaron y aprobaron
la Declaración sobre Zona Marítima o Declaración de Santiago, donde cada país
protegería 200 millas del mar adyacente; y en 1954 el convenio sobre zona fronteriza especial,
para evitar problemas a los pescadores artesanales. Fueron varias las cercanías
e intentos de cercanía que tuvieron logros concretos. En este periodo se llevan a cabo varias
reuniones entre comisiones técnicas binacionales para establecer el régimen jurídico del puerto peruano en
Arica, correspondiente por servidumbre. Este proceso de
acercamientos entre ambas naciones no llegó a superar la
mentalidad que se formaba en las escuelas, de la negatividad del otro, y la desconfianza política y social continuó. Ésta, explotará
en la siguiente etapa[10].
La siguiente tendría lugar según el Dr. Zapata, a
mediados de la década del setenta. Tuvo inicio real con el ingreso de las FF.
AA. al gobierno desde 1968 y el golpe de Estado de Pinochet en 1973 en Chile. "Ambos
gobiernos se hallaban en posturas ideológicas antagónicas y aumentó la
desconfianza en forma exponencial"[11]. Esta etapa se caracterizó por la adquisición de material bélico por parte
del gobierno del
general Juan Velasco, por la
aplicación de las tácticas de la CEPAL a través del Pacto Andino de la cual
Chile se retiró, un discurso bélico por parte de la prensa tanto nacional como
internacional, por
las tensiones y desconfianzas mutuas. A su vez, a fines del sesenta se iniciaba la aplicación de los Tratados del
52 y 54. En 1972 se inició el funcionamiento de los faros puestos en zona
fronteriza que tenían como fin guiar a los barcos artesanales. Entre 1972 y
1980 ninguno de los dos países pretendía fijar un frontera marítima lateral a pesar de la superposición de
las extensiones hacia las 200 millas. Quizás distraídos cada uno en sus crisis
propias o en el papel de líderes que asumieron ante las Naciones Unidas sobre
el Derecho del Mar que les tocó en esa década[12]. A esta etapa se debe a que las conversaciones sobre el pago del
cumplimiento de las servidumbres se paralicen.
Todo cambiaría en una cuarta y última etapa cuando el joven presidente Alan García inicia no solo las
conversaciones para el cumplimiento de las servidumbres firmadas en el Tratado
de 1929 (1985), a través del Canciller Alan Wagner Tizon, sino, sobre
delimitaciones de la frontera marítima. Ya desde 1986 el Perú había fijado su postura respecto a su límite marítimo
con Chile, los mismos
que fueron rechazados por el país vecino. Sucesivos intentos de delimitación marítima fueron
ignorados, por lo que tomaba cuerpo la idea de llevar el litigio a la Corte
Internacional, dada la negativa de negociación bilateral. En la década siguiente, el país chileno dedicó su concentración en pagar
las servidumbres que tenía con el Perú. De esa manera, en 1993 ocurre La
Convención, donde se fijan líneas generales, marcos jurídicos, en torno a las
interpretaciones de
las servidumbre y el régimen jurídico que debe regir en las servidumbres.
Finalmente en 1999 se hace entrega del muelle y la estación terminal del
ferrocarril Arica-Tacna a servidumbre perpetua al Perú, cerrando así el "pendiente" del
Tratado de 1929. Al
año siguiente, Chile deposita ante la ONU sus líneas bases de dominio marítimo
utilizando el paralelo como límite. Según Daniel Parodi[13], ambos documentos finales forman parte de una
misma política: cierran el pendiente de 1929 y entregan servidumbres a Perú, pero a su vez
fijan el límite marítimo conveniente. En el 2005, el Perú entrega a la ONU su
línea base de demarcación marítima, y en el 2008 demandó a Chile en La Haya. La etapa que comprendes
desde 1999 y 2014 entonces está determinada por los esfuerzos de ambas naciones por sustentar su
posición frente a La Haya, las negativas de negociación directa y la administración de las
servidumbres por parte del gobierno peruano.
II.- PREDIOS PERUANOS EN ARICA.
Los predios son las bienes raíces que están a
nombre del Estado peruano y que pertenecen al Perú como propiedad. La Casa
Yanulaque y la Casa Bolognesi tienen un enorme significado histórico-patriótico
de resistencia y amor patrio. Pero entre todos, es "El Chinchorro" el lugar olvidado en Arica que rebosa
de momentos históricos y conciencia nacional.
II.1.- El Chinchorro
Es una propiedad peruana, terreno que fue
adquirido en el contexto de las campañas por el plebiscito de Tacna y Arica,
adquirida el 19 de
febrero de 1926 mediante escritura pública de la Sociedad Corocoro United
Copper Mines Limited (inglesa). Se trata (se trataba cuando se adquirió) de un
terreno rectangular de 300 x 440 metros y una banda de terreno de mar de 700 m.
de largo y 15 de ancho,
ubicado al norte de la bahía de Arica, Chile[14]. El predio fue adquirido con la finalidad de
acoger a quienes quieran hacer campaña a favor del Perú, a quienes fueron
despojados de su territorio o necesitaban asilo del caos generado por las
tropas y la política chilenas.
El Tratado del 29 no afectó a esta zona, por lo que su
soberanía le corresponde al Estado peruano desde 1926 hasta la actualidad.
Por su lugar céntrico,
cercano a la playa, al lado de la panamericana y del ferrocarril Arica – Tacna,
constituye una zona estratégica que el Perú no ha sabido aprovechar, pero que Chile constantemente
ha deseado “desperuanizar”, ya que lo observa como propiedad vacía, como un
terreno baldío. Alfonso Benavides ha hallado hasta cuatro momentos en las vías
diplomáticas[15]:
1.- El artículo
III del Protocolo de
Liquidación de Obligaciones del 17 de marzo de 1934, rechazado por el Congreso
Constituyente del Perú, rechazó la permuta de El Chinchorro, por el terreno de
Tacna de la “Compañía Industrial y Azucarera de Tacna”, chileno[16].
2.- En los
parágrafos 2 y 3 del
punto 11 del acta de 29 de noviembre de 1985, se lee de manera similar que el
gobierno del Perú “venderá a una persona jurídica chilena designada […] el
predio “El Chinchorro” que, actualmente, dificulta el desarrollo urbano de la
ciudad de Arica”; a cambio
al Perú le venderían el inmueble de la calle Zela n° 647 en Tacna de propiedad
chilena.
3.- Iniciativa
expropiatoria del diputado don Carlos Valcárcel Medina en noviembre de 1992
desconociendo como propiedad intransferible “El Chinchorro” y que está protegida por el artículo
VII del tratado del 29. El proyecto además propone el cercenamiento del predio
peruano “con el pretexto de facilitar las obras de ensanchamiento de la
Carretera Panamericana y el plan de desarrollo urbano de Arica”[17].
4.- La Nota diplomática del 11 de
mayo de 1993, se conviene la cesión del área usurpada de “El Chinchorro” a
favor del gobierno de Chile, previo pago por indemnización.
La revisión de la prensa
hallada en internet y de los textos de Alfonso Benavides, podemos mencionar que el Perú, salvo
notas diplomáticas, ha olvidado de manera fáctica el terrenos de “El
Chinchorro” (no lo mismo de la casa Bolognesi y la casa Yanulaque que han sido
consulados, lugares de reuniones, etc.). Ha sido catalogado como terreno baldío
y se le ha dado a
Chile la perfecta excusa de su expropiación a detallarlo como un área que
interrumpe el desarrollo urbano. El terreno ha estado deshabitado casi en su
totalidad. Por esa razón, en 1996 la Municipalidad de Arica dispuso el
asfaltado de casi 700
metros cuadrados del terreno del predio peruano para ampliar la carretera
Panamericana. Explicaron su actuación en supuestos accidentes automovilísticos
constantes, sin previa consulta, usurpando la soberanía nacional. Al año
siguiente el gobierno peruano cercó el perímetro, siendo, según noticia del 4 de diciembre del 2012,
el último acto del gobierno en la zona, sin darle alguna utilidad al terreno[18]. Otra esquina también ha sufrido los embates del
aumento urbanístico.
El cercenamiento del predio
fue seguido de un conflicto diplomático internacional[19]. Tras la mutilación del terreno, el Estado
peruano presenta un recurso de protección el cual es rechazado.
Esta propiedad no fue parte
de las conversaciones de 1999 ni consta en el Acta de Ejecución, firmada tras
los diálogos. Ha sido el contexto del diferendo marítimo que ha vuelto a ser tema de debate. En
el 2012 un grupo de estudiantes de Arquitectura
Urbanismo de la Universidad Nacional Jorge Basadre Grohman de Tacna, a
cargo del catedrático Luis Veliz, realizaron un estudio urbanístico de “El
Chinchorro” donde
observaron el total abandono en que se encuentra y las posibles consecuencias
nefastas que podrían suceder si no se actúa. Menciona el estudio que esta
propiedad está destinada dentro del Plan Director de Arica, como “zona
habitacional” y de evacuación
en caso de tsunami. Es decir, corre el riesgo de que nuevamente sea cercenado.
El docente a cargo mencionó que
lo único que queremos hacer es mostrar la situación en la que se
encuentra este territorio. Además, valgan verdades, hemos intentado buscar por el lado peruano
alguna información sobre los proyectos que se tienen para este terreno o la
habilitación urbana, pero no hemos encontrado información de ningún tipo[20]
Las imágenes halladas en la
web confirman lo mencionado por el estudio: terreno olvidado, inutilizado, pintarrajeado con fines
políticos y sin autorización, aun en contra de los reclamos de la ciudadana
peruana Irma Gutiérrez, quien resguarda el terreno como menciona el 18 de
octubre del 2012 el diario Correo, en su página web[21], su nota titulada “El Chinchorro ahora es una
panel publicitario”. Desde el consulado –menciona la nota- se ha protestado de
manera diplomática, sin lograr resultados positivos. Las imágenes que muestra
no dejan dudas de que su afirmación es cierta.
El año pasado se empezó a discutir sobre su importancia y posible puesta en valor para el
servicio de los intereses peruanos como lo presenta un proyecto de ley, junto a
las servidumbres que trabajamos en los siguientes apartados.
[1] Proyecto de Ley Nº 1628/2012-CR, Recibido el 25 de octubre del 2012 y
aprobado el 18 de
junio del 2013.
[2] Sabemos muy bien que esté trabajo es un acercamiento
con muchos límites. Un trabajo completo resultaría de además, visitar los
diferentes archivos de Tacna y Arica: El Archivo del gobiernos Regional de
Tacna, El archivo y Museo del ferrocarril de Tacna - Arica,
[3] Véase el trabajo de Antonio Zapata.
[4] Es bien conocido que el Tratado estipulaba que tras 10
años de administración chilena, la gente, los pueblos, elegirían a qué país
pertenecer. Chile pateó el tablero más de una vez y ni la intervención norteamericana pudo frenar la
chilenización y la prolongación del plebiscito que nunca se llevó a cabo.
[5] Raúl Porras Barrenechea y Jorge Basadre formaron en
algún momento parte del equipo que determinó los límites y estuvieron en el
lugar de los hechos
en los años de las campañas plebiscitarias. Véase el cap. V de La vida y la
historia, "El conflicto de las pasiones y de intereses en Tacna y Arica
(1922-2929)" para una información detallada.
[6] Según Basadre, Historia de la República del Perú, Tomo IX , p. 19, 20 mil hombres fueron declarado
ciudadanos peruanos.
[7] Basadre, Historia de la República del Perú, Tomo XIII, p. 156
[8] Antonio Zapata, p. 18
[9] Manuel Rodríguez, p. 248-249. A analizado
constituciones y códigos antes de 1947 para llegar a tal conclusión. Salvo la zona adyacente denominada
"aguas territoriales" de tres millas, ninguna nación en América y el
mundo proclamaba otra cosa.
[10] Antonio Zapata, p. 22
[11] Ibid., p. 22
[12] Manuel Rodríguez, p. 270.
[13] p. 91-92
[14] Alfonso Benavides, Una difícil vecindad, p. 197
[15] Alfonso Benavides, Perú y Chile, p. 147-148
[16] No encontramos referencias de que Chile tenga
territorios en Tacna, por lo que asumimos que así es, por lo que indica el
documento.
[17] Alfonso Benavides, Perú y Chile, p 148
[19] El detalle en: http://www.caretas.com.pe/1490/chile/chile.htm
[21] http://diariocorreo.pe/ultimas/noticias/1873434/el-chinchorro-ahora-es-un-panel-publicitari
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