Miguel Antacabana Angulo[1]
miguel_an@outlook.com
Resumen
Este trabajo tiene por objetivo analizar la concepción sobre
el sexo y la sexualidad durante parte del siglo XIII, a partir del poema de Roman de la Rose. Específicamente se
estudiara la primera parte del poema compuesta por Guillaume de Loris. El
trabajo se divide en tres partes, la primera parte se ocupa de las precisiones
conceptuales sobre el sexo y la sexualidad durante el siglo XIII europeo. En la
segunda parte, me avoco al análisis del contexto en el cual se escribió el
texto. En la tercera parte analizo la relación entre el sufrimiento amoroso
como vía para la consecución del placer.
I.
Sexo y sexualidad en el
siglo XIII: dos conceptos difíciles de precisar
Cuando solemos hablar de
sexo y sexualidad en la actualidad no representa para muchos de nosotros mayor
problema y menos algún atisbo de culpa o síntoma de estar haciendo mal las
cosas. En la actualidad la sexualidad es definida como la manifestación
de condiciones de carácter anatómico-fisiológico y psicológico-emocional propio
de cada individuo, donde se involucran el sexo, la identidad, los roles de
género, el erotismo, el placer, la reproducción y la orientación sexual[2].
Mientras que sexo es definido como la manifestación de los rasgos fenotípicos
que hacen posible la diferenciación entre hombre y mujer (macho y hembra en el
caso de los animales), a nivel social esto trae consigo el concepto de género[3],
concepto que en este trabajado escapa a los objetivos. Las conceptualizaciones
anteriormente señaladas nos sirven para ver comparativamente, con las
diferencias del caso, como se “conceptualizó”el sexo y la sexualidad durante el
siglo XIII. Para un entendimiento cabal de dichos conceptos, durante la Francia
del XIII, es necesario señalar que a diferencia del mundo moderno la sexualidad
y el sexo estaban estrechamente relacionados, sino dentro de la misma, con el
concepto de amor. A partir del amor los seres humanos eran capaces de
manifestar el sexo, lo erótico, el deseo y el placer. A partir de lo escrito se
pude afirmar que durante parte del siglo XIII sexo y sexualidad eran dos
conceptos que no se podían separar, por tal hablar de sexualidad era igual a
hablar de sexo. Hay que tener en cuenta que durante la Edad Media, dominada por
la Iglesia católica, el término sexualidad estaba referido:
“[… A] la copula carnal o coito, es
decir el conjunto de relaciones sexuales, pero no solo en su estricta dimensión
física.”[4]
Esta dimensión no física
está referida al ámbito espiritual y esto porque la manifestación de la
sexualidad, entendida como sexo, era vista desde un plano moral, en el cual la
carnalidad (acto sexual) era símbolo de pecado, suciedad espiritual e
inmoralidad.Además se entendía que el otro era usado como un objeto para la
satisfacción personal por ende el “contacto carnal” era egoísta. El acto sexual
– manifestación de la sexualidad –era aceptado solamente dentro del matrimonio,
siempre y cuando el acto tenga como finalidad la procreación[5].
En cuanto al amor, concepto
que agrupa al deseo, al sexo, a la sexualidad y al placer; era entendido bajo
dos formas: el amor espiritual y el profano. El amor espiritual, el amor por
Dios, significaba una renuncia al sexo, rechazo al contacto corporal y a la
consumación sexual. Planteaba otro medio de satisfacción, el éxtasis
espiritual, este éxtasis estaba enmarcado en el “cuerpo” de Cristo, pero dicho
cuerpo no es carnal sino un cuerpo Verbo-Luz. Al respecto A. Clark dice:
“En sus meditaciones sobre el Cantar de los Cantares, Bernardo subraya
que Cristo besaría al creyente con su boca, pero no se trata de una boca de carne
sino se trata del Verbo, o Logos”[6]
Sucesos como el tocamiento
divino (beso) hacían posible entrar en un estado de éxtasis místico donde los
involucrados “podían intentar alcanzar el sentido de lo infinito”[7].
Esto bien puede ejemplificarse con las llamadas devotas o místicas y con el
movimiento de las beguinas alrededor del año 1200, estas mujeres rechazaban el
matrimonio para dedicarse a una vida espiritual y así poder transcender lo
físico (las necesidades corporales)[8].
El amor profano, a pesar de
diferenciarse del amor místico, manifestó dos tipos de amor profano: el primero
aceptaba al sexo (y de más manifestaciones) y el segundo más bien opto por el
dolor o sufrimiento amoroso como generador de placer. En el primer tipo de amor
profano el deseo,el placer y el sexo; no se oponían a los dictados de la
Iglesia más bien se le daba la imagen de ser agente de la fertilidad. Además
esta postura era refrendada desde la medicina, la cual concebía al deseo como necesario,
el cual debía ser saciado porque era indispensable para mantener la salud y la
natalidad. En el segundo tipo de amor profano, se rechazaba el contacto carnal,
allí el placer proviene del sufrimiento amoroso[9].
Este tipo de placer estuvo presente dentro del amor cortés o cortesano[10].
El mismo que se evidencia en el poema Roman
de la Rose que es objeto de estudio en este trabajo. A continuación abordaremos
el contexto que hizo posible su redacción, así como las interpretaciones que se
han dado respecto al poema.
II.
El Roman de la Rose y la Francia del siglo XIII
El contexto del Roman de la Rose es preferible empezarlo
en el tránsito de los siglos XII y XIII, siglos donde se empieza a manifestar
los cambios dentro de las estructuras económicas, políticas, sociales y
culturales. Al respecto Raña Dafonte escribe:
“[…] la enorme importancia del siglo
XII, que afectan a todos los aspectos de la vida social, económica, política y
cultural. Socialmente, se aprecia el declinar del régimen feudal. […] sucede el
florecimiento de la vida urbana, el comercio y la industria artesanal. Surge
una nueva clase social, la burguesía, que acabara conquistando franquicias y
privilegios de emancipación para sí y para las ciudades.”[11]
Esa conquista de las
ciudades por la burguesía será crucial para que se desarrolle la enseñanza
laica que poco a poco ira moldeando a la sociedad feudal, para que dos siglos
después esto de lugar a lo que conocemos como el Renacimiento y la Reforma
religiosa. Los autores del Roman de la
Rose no estarán exentos de los cambios que se producen durante el siglo
XIII.
El poema Roman de la Rose es un escrito que se
redactó entre los años de 1225 -1240 por Guillaume de Lorris y continuado por
Jean Meun entre los años de 1269-1278. Para este trabajo nos enfocaremos en el
análisis de la primera parte del libro escrita por Guillaume de Lorris
(1200-1240), clérigo francés que desarrolla la novela de estilo cortés con
claras influencias de Ovidio. En la obra el autor narra alegóricamente su sueño
(a causa de haber sido herido por el poder del Amor).En este sueño Guillaume
aparece frente a los muros de un hermoso jardín y frente a él hermosas mujeres,
doncellas que lo miran fijamente y que le permiten el ingreso al hermoso jardín;
allí conocerá a doncellas como Ociosa, Malquerencia, Felonía, Villanía,
Avaricia, Envidia, etcétera[12].
En ese jardín el autor llega a conocer el amor y el sufrimiento a causa de la
Rosa, y con ello el desasosiego y esperanza por su amada.
En relación al poema se han
tejido diferentes interpretaciones, para algunos estudiosos como Haldeen Braddy
y Michael Hanly afirman que el poema refleja el cambio que se produce en la
sociedad francesa del siglo XIII, según estos autores la obra de Roman de la Roserefleja el choque de dos
ideologías, el ideal cortes presente en Guillaume de Lorris y el racionalismo y
naturalismo de Jean Meun[13].
Para otros autores como Alicia Yllera, Jean Verdon y Anna Clark[14]
consideran que el texto, desde Guillaume de Lorris, es innovador porque trae
consigo un replanteamiento del amor, en donde amor y placer van de la mano[15].
Además el texto, a diferencia de los clásicos escritos de héroes y caballeros,
tiene como actores principales a la cotidianidad de los jóvenes quienes en
medio de la inocencia descubren el amor y el placer que genera el estar
enamorado. En este trabajo tomo en cuenta las dos interpretaciones arriba
señaladas, pero con una ligera inclinación hacia la segunda. Seguidamente
analizare el concepto de amor (y con ello el sexo y la sexualidad, esta vez
bajo enmarcado dentro del placer amoroso) dentro del poema Roman de la Rose.
III.
El sufrimiento amoroso y el
placer sexual en el Roman de la Rose
Durante el siglo XIII,al hablar
del concepto amor nos estamos refiriendo asimismo al concepto sexualidad (y con
ello al placer). Pero el amor al cual nos referiremos no es aquel que atañe a
la carnalidad, sino aquel amor producto del sufrimiento por el ser amado. Esta
característica está presente en los escritos del Roman de la Rose, donde mujer, placer y amor van junto. Al respecto
puede señalarse:
“La mujer amada suscita en el varón
una alegría, regocijo sutil que posee también una faceta sensual, pues surge el
deseo, que existe aunque no se satisfaga”[16]
Es preciso señalar que en el
Roman del Rose el personaje trata de
aliviar el amor imposible. En el verso el autor reflexiona:
“El amor; y el amor feliz, colmado o
satisfecho (ese espectáculo no puede engendrar nada). Al contrario, el amor
perpetuo insatisfecho; y finalmente no hay más que dos personajes: el poeta
que, ochocientas, novecientas, mil veces repite su lamento, y la bella que
siempre dice que no”[17]
La reflexión de
Guillaume señala que el amor sufrido, es siempre mejor que el amor satisfecho
(carnal y correspondido), porque eso le quita el placer de saberse amado y que
ella piensa en él. En relación al dolor amoroso Guillaume escribe:
“[…] los bienes que alivian a los que
caen en los lazos del amor es el dulce pensamiento, que les recuerda las
concesiones de esperanza. […] esperanza da consuelo, y él piensa que lo
reconforta, le da ánimo y fuerzas suficientes para entregar su cuerpo al
martirio. […] suspiros, punzadas y temblores […] El que los desconoce que le
pregunte a los enamorados”[18]
Allí asocia el amor al
sufrimiento, incluso se puede extrapolar que Guillaume expresa que el amor
puede empujar a la muerte del desdichado. Pero el clímax se desencadena cuando el
suplicante logar ver a la amada y ser correspondido. Sobre esto Guillaume dice:
“Tendrás una gran alegría en tu
corazón por la belleza que estarás contemplando, pero de tanto admirar, tu
corazón se abrasará […] harás que se avive el ardiente fuego: el que más mira a
quien quiere más enciende su corazón.”[19]
Lo que el autor muestra es
la angustia del enamorado, angustia que necesita ser saciada, angustia que se
convierte en placer al aproximarse hacia la amada, aproximación que no
significa cercanía física, sino cercanía sentimental-pasional.
A manera de
conclusión
Había señalado que el
concepto de amor, durante la Francia del siglo XIII, contenía dentro sí a los
conceptos de sexo y sexualidad, aclare incluso que sexo y sexualidad eran
palabras que no tenían una clara separación y menos diferenciación. Entonces
hablar de sexualidad en el XIII era lo mismo que hablar de amor. Ahora para
entender el concepto de amor, implica profundizar en el tema, y con ello
toparnos con una subdivisión de términos que complejizan el tema. Hablar de
amor en el siglo XIII involucra verlo de dos modos: el amor espiritual y el
profano. El primero invocaba al éxtasis espiritual a consecuencia de la
actuación del Verbo-Luz-Logos. El amor profano se subdivide en dos tipos de
amor: el amor profano sexual, estrictamente reproductivo (marital) y el amor
profano del sufrimiento amoroso. Sobre este último, el amor profano del
sufrimiento, es donde el trabajo detuvo su mirada porque ubica allí al Roman de la Rose. Poema que resulta ser
una mezcla de literatura cortesana-tradicional y a la vez innovadora en cuanto
a la reformulación del concepto de amor, porque a partir del Roman de la Rose el amor empieza a
perder su vínculo con lo sexual, el individuo le asignara un nuevo significado
al concepto amor, reservándolo más adelante a un plano meramente sentimental.
BIBLIOGRAFÍA
· BROWN, Peter (2002). A companion to Chaucer. Massachusetts: Blackwell.
· CLARK, Anna (2010). Deseo. Una historia de la sexualidad en
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Martine y Miguel Á. MOTIS DOLADER
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judíos. Sexo en la Edad Media y el Renacimiento”. Biblioteca Gonzalo Berceo. La Rioja. Consulta: 21 de junio de 2013.
<http://www.vallenajerilla.com/berceo/florilegio/florilegio/cristianosyjudios.htm>
· DE LORRIS, Guillaume y Jean MEUN (1986). El libro de la Rosa. Carlos Álvar y Julián Muela Ezquerra
(traductores). Madrid: Siruela.
· GONZÁLES DORESTE, Dulce M. y José M. Oliver
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· YLLERA FERNÁNDEZ, Alicia (1979). “El “Roman
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· RAÑA DAFONTE, Cesar (2009). “Natura optima parens. La naturaleza en el siglo XII”. Revista de Española de Filosofía Medieval,
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· VERDON, Jean (2008). El amor en la Edad Media. La carne, el sexo
y el sentimiento. Barcelona: Paidós.
· WORLD HEALTH ORGANIZATION (2006) Defining sexual health. Report of technical consultation on sexual
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Consulta: 30 de junio de 2013. <http://www.who.int/reproductivehealth/publications/sexual_health/defining_sexual_health.pdf>
[1]
Miembro del Grupo de Investigaciones Annalicemos Historia (GIAH).
[2]World Health Organization (2006) Defining sexual health.Report of technical
consultation on sexual health.Ginebra. Consulta: 30 de junio de 2013. <http://www.who.int/reproductivehealth/publications/sexual_health/defining_sexual_health.pdf>
[3] Ibídem.
[4] Charageat, Martine y Miguel Á.
Motis Dolader (s/f). “Cristianos y judíos. Sexo en la Edad Media y el
Renacimiento”. Biblioteca Gonzalo Berceo.
La Rioja. Consulta: 21 de junio de 2013. <http://www.vallenajerilla.com/berceo/florilegio/florilegio/cristianosyjudios.htm>
[5]Ibidem.
[6]
Clark, Anna (2010). Deseo. Una historia
de la sexualidad en Europa. Madrid: Cátedra/Universitat de
Valencia/Instituto de la Mujer, p. 140.
[7]
Ibídem. Para el caso de los amantes (esposos), el orgasmo era un medio por el
cual podían experimentar unión mística, el problema de esa unión mística era su
carácter efímero.
[8]
Ídem, pp. 140-143. La autora señala que tanto místicas como beguinas fueron
vistas con el tiempo como enemigas de la Iglesia, debido a que amenazaban el
poder sacerdotal, como mediadores entre Dios y el creyente. Muchas de ellas
fueron acusadas de practicar la herejía, al respecto pone el caso de Margaret
Poret quemada en París en 1310.
[9]
Ibídem, pp. 151-152.
[10]
Verdon, Jean (2008). El amor en la Edad
Media. La carne, el sexo y el sentimiento. Barcelona: Paidós, p. 79-81.
[11]
Raña Dafonte, Cesar (2009). “Natura
optima parens. La naturaleza en el siglo XII”. Revista de Española de Filosofía Medieval, número 16, pp.43-44.
Consultado: 22 de mayo de 2013.
[12]
Gonzáles Doreste, Dulce M. y José M. Oliver Frade (2001). “La mise en page de la fiesta en dos
manuscritos del Roman de la Rose”. Écriture, truduire et représenter la fete.
Universitat de Valencia, pp. 57-70. Consulta: 1 de julio de 2013.<http://www.uv.es/~dpujante/PDF/CAP1/A/Dulce_Gonzalez_J_Oliver.pdf>
[13] Brown, Peter (2002). A companion to Chaucer. Massachusetts:
Blackwell. En los respectivos capítulos de Braddy y Hanly ambos coinciden en
que el pensamiento racional y naturalista de Jean Meun se debe al despliegue
del ideal de la naciente burguesía.
[14]
Haldeen Braddy y Michael Hanly no trabajan directamente el poema Roman de la Rose, ellos estudian la
literatura medieval y el amor en la Edad Media.
[15]
al respecto pueden revisarse: Yllera Fernández, Alicia (1979). “El “Roman de la
Rose” y los “Cuentos de Canterbury” de Chaucer: visión del mundo y concepción
del hombre y la sociedad”. Cuadernos de
Investigación Filológica, número 5, pp. 2-33. Consulta: 1 de julio de 2013. <http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=68897>;
también revisar Jean Verdon (Óp. Cit.) y Anna Clark (Óp. Cit.).
[16]
Verdon, Óp. cit., p. 82.
[17]
De Lorris,Guillaume y Jean Meun (1986). El
libro de la Rosa. Carlos Álvar y Julián Muela Ezquerra (traductores).
Madrid: Siruela. Verso 77.
[18]
Ídem, p. 77
[19]
Ibíd., p. 165.
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