Por Viviana Paola H.[1]
Nancy E. van
Deusen publicó en el 2004 el libro Thesouls
of Purgatory: The Spiritual Diary of a Seventeenth-Century Afro-PeruvianMystic,
Úrsula de Jesús y fue traducido al
español por Javier Flores Espinoza por el Fondo Editorial de la Pontificia
Universidad Católica del Perú el año pasado.
Este libro está
constituido por dos partes, la primera aborda el mundo de Úrsula de Jesús –aquí
la autora realizó una introducción sobre este personaje-, y en la segunda parte
se encuentra el Diario espiritual de la venerable Úrsula de Jesús –escrito por
ella misma, y por otras personas cercanas
a ella en otras oportunidades.
Lima amurallada
Podemos
encontrar en esta lectura una recreación de cómo fue Lima en 1612, se la presenta sumida bajo una segregación social así como los personajes que se
encontraban dentro de ella y sus alrededores. Ella pudo observar las distintas instituciones
que adornaban aquella ciudad como palacios, conventos, iglesias, beaterios, etc.
Por otro lado, hallamos descripciones sobre la mentalidad de la población de
aquella época, había un ánimo muy desaforado sobre el purgatorio –donde se
encontraban en constante sufrimiento las ánimas-, y esto generaría diferentes
consecuencias determinando el comportamiento de los hombres. Se desarrollará la
necesidad a recurrir a ciertos personajes para dar soluciones a estos problemas,
serán las místicas las encargadas de ello, ya que ellas tendrán los dones para
aliviar estás almas atormentadas, y poder liberarlas. Eso demostraría que en
este periodo el purgatorio se había ganado bastantes adeptos, ya que el solo
pensar que podían llegar ahí y sufrir determinó ciertas conductas de los
hombres.
Convento de Santa Clara[2]
Podemos observar
diversos pasajes que nos describen la la organización de este convento, así como
sus características. El propósito es ejemplificarnos la mirada sobre uno de los lugares más significativos para
Úrsula de Jesús. Se nos manifiesta la posible influencia de los jesuitas, y eso
debido a los diversos libros encontrados ahí. En cuanto a su organización,
estaba constituido por las monjas de velo
negro y de velo blanco, y la servidumbre
estaba constituido por las donadas, las criadas y las esclavas. En consecuencia,
hablamos que entre la servidumbre se originó un estatus. Esto conllevó a la
diferenciación en el momento de realizar determinadas tareas. Por otro lado,
según las normas de ese tiempo, los sirvientes y esclavos no podían traspasar
al número de monjas. Esto no se cumplió, y esto lo comprueba Van Deusen al
mostrarnos un cuadro poblacional del Convento de Santa Clara de Lima en el
intervalo de 1625 – 1669, donde ocurría una desproporción, ya que el número de
monjas era igual al de las sirvientas y esclavas. Otra normativa que se erigió
lo dio el Concilio de Trento ya que prohibió a las monjas individuales tener propiedades, y si en caso lo hacían
debían manifestar en un documento que donaban a sus esclavas, esto significaba
que ellas estarían al servicio principalmente de la comunidad, y que en sus
tiempos libres, podían dedicárselos a su ama. Es así que bajo esta condición Úrsula
de Jesús ingresó al Convento. Ante esta situación, una monja, la cual sabía los
dones especiales de Úrsula, pagó una dote al Convento para conseguir su
condición de donada. Luego, se pasaría a
promover su candidatura como novicia ya que demostraría “[…] sus votos de pobreza, castidad obediencia y clausura, y
obedecer todas las reglas de la Orden de
Santa Clara” (DEUSEN 2005: 22). Pero, en
el texto se nos aclara que antes que Úrsula brinde sus votos, ella ya era
confesada y tenía padres confesores. En esa época a ella le habían indicado que
debía realizar anotaciones de sus visiones. Así, mismo, se observa que estas visiones
guardaban similitudes con los contenidos que se hallaban en los diarios de las
místicas medievales y contemporáneas a ella. Este proceso de selección, estaría
bajo la dirección de un capellán. Esta
nueva condición que adquiría significaba gozar de un estatus más alto, es
decir, estaría exenta de ciertas tareas - no muy pesadas; Úrsula asumirá una
labor de redentora, es decir, ayudaría a las almas que se encontraban en el
purgatorio
Úrsula de Jesús
Fue una beata
mística, hija legítima de la unión entre Juan Castilla y la esclava Isabel de
los Ríos. Úrsula pasó al servicio de Gerónima de los Ríos –dueña de su madre-.
Es decir, ella desde que pudo valerse por sí misma estaría bajo el régimen de
la esclavitud. Luego, en el tramo de su
niñez –aproximadamente 6 o 8 de edad –pasaría a servir a la terciaria
franciscana Luisa de Melgarejo Sotomayor, esta convivencia le valdrá tener una
aproximación a la religiosidad debido a
que esta beata jesuita fue una de las místicas más cercanas a la primera santa
americana, Santa Rosa. Por último, encontramos los hechos ocurridos tras su
ingreso al Convento de Santa Clara.
Se nos muestra
lo que significó este personaje místico, así como sus características, y su desarrollo dentro de la orden
franciscana. Encontraremos en el texto dos imágenes de ella, en una se puede
dilucidar como manifiesta la autora, el
contacto posible que tuvo con la lectura; aunque algunas veces se pone en
cuestionamiento si esta beata sabía escribir o leer, pero por las referencias
señaladas, al estar bajo la dirección de Luisa de Melgarejo, suponía que si
habría tenido acceso a libros religiosos, y a obras de diarios sobre místicas
medievalistas. Además, se sabe que Luisa impartía sus conocimientos con otras
mujeres. Entonces, sin ir más allá, era común que las esclavas negras que
estaban al servicio de personajes místicos como estas, estuviesen prestas a
encontrarse en un ambiente de espiritualidad. A esto, se sumará su desarrollo
en este ámbito, cuando se encontraba en el monasterio de las clarisas; aquí
ella empezó a tener sus visiones; su imagen empezará a generar un prestigio,
respeto y generosidad por parte de otras monjas. En el texto se nos menciona que
sus visiones empezarían luego de ocurrido un milagro que puso en riesgo su
propia vida.
Para muchas
místicas tener estás visiones representaba que familiares de aquellas almas
sufridas solicitaran su ayuda, y así ellas podían proporcionar la liberación de
las almas de sus parientes. Y si se prestaban ayuda a esta causa, algunas de
ellas recurrían a la aplicación de torturas, y esto debido a que requerían obtener
aquel dolor que había enfrentado Jesús a la hora de salvar a los hombres en la
cruz. A esto se sumaba que los hombre de la época empezaron a realizar algunas medidas
para expiar partes de sus culpas realizando algunos actos como la realización de
rituales durante un funeral; también se
empezó a tener consideración a la hora de preparar un testamento realizándose donativos a un
convento, monasterio, o se liberaba a un esclavo o se entregaba algún beneficio
para algún sirviente, y esto debido a que demostraría la bondad con su prójimo,
se empezaron a fundar cofradías con el fin de servir a la liberación de las
alamas en el purgatorio. Por ejemplo, en Santa clara se fundaron dos cofradías,
una de las cuales la fundó Úrsula, bajo el nombre de Nuestra Señora del Carmen –
sus miembros se especializaban en ser redentoras-. Por esa razón, se nos
menciona que está beata mística poseía este don. Y esto último se debió a causa
de la influencia que estás clarisas tendrían; así mismo la conducta de estás
monjas místicas al servicio de Dios se debían a casusa de la influencia que
recibieron por parte de los diversos escritos que leyeron, pinturas
–representación simbólica- que obtuvieron de la Edad Media, etc. Por otro lado,
podemos encontrar en este escrito unas referencias hacía Rosa de Lima, esta
terciaria dominica fue la que se dedicó más a aliviar al sufrimiento de los
difuntos en Lima del siglo XVII, ella se ponía en su lugar de ellos y aceptaba
el dolor que esto implicaba, esto conllevaría a la gran aceptación y su
popularidad.
Por otro lado,
cuando nos referimos a la conducta y desarrollo de esta mística donada,
encontramos que ella no sufrió tormento físico por estás almas, pero
curiosamente tenía el dolor de ser engañada por sus visiones, y esto debido a
la condición de la cual ella resultaba desde su nacimiento. Le provocaba
incertidumbre pensar que cabía la posibilidad de que sus superiores religiosos cuestionaran
la veracidad de sus visiones. Ante esta cuestión, en el texto se nos manifiesta
los racismos que vivió y sintió. Pero, como nos señala la autora, esto no
ocasionaba que en algún momento Úrsula se describiese como una mujer débil,
contrariamente demostraba el hecho de ser fuerte, capaz de seguir fortaleciendo
su alma, y sobre todo mostrando obediencia a Dios.
En la condición
de donada, ella ante el cambio de estatus, encontró algunas reticencias, una de
las cuales sería, aquella sensación de malestar que le provocaba cuando le
pedían supervisar a las sirvientas y esclavas en la cocina o enfermería. Por
esa razón, una vez más observamos una característica más de Úrsula a la hora de
comprender el sufrimiento que podían atravesar estas personas , aquellas penas
que atravesaba un esclavo, y de las cuales ella comprendía muy bien, ya que
pasó aproximadamente cuarenta y tres años en esa condición. Sin embargo,
podemos referirnos a otra característica contrapuesta, la cual luego de tener
una enseñanza que Dios le dio, aprendió a mirar con otros ojos algo que ella
creía correcto que era pensar el esclavo como propiedad, pero por las vivencias
que tuvo cambio su postura.
Así mismo, este
libro nos lleva a otro hecho interesante, y es la actuación que
manifestará la Inquisición –ya sea
madrileña o limeña- referente a estos casos de misticismo y contacto con Dios. Esta
institución religiosa vigilaba a las místicas y ellas debían probar que lo que
decían era verdadero, y no era obra del demonio –es decir, una falsa santidad-.
Pero no siempre se podía comprobar esto, por esa razón, existieron casos donde
fueron enjuiciadas por el tribunal, como refiere Deusen al presentarnos algunos
ejemplos de estás beatas.
Finalmente, puedo
manifestar lo agradable que significó leer este texto, me llevó a una sensación de saber y comprender cada vez más a
estas mujeres místicas, las órdenes religiosas, la Inquisición, el castigo que
se desarrollaron a lo largo de la época colonial del siglo XVII. Así mismo,
considero que este libro nos deja muchas
reflexiones sobre la conducta y desarrollo de la terciaria franciscana Úrsula
de Jesús.
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