Presentación de Annalicemos Hist8ria en la Semana de Historia
Por Luis Paliza Sanchez
1. Presentación
En primer lugar agradezco a los organizadores de este evento, y en especial a la persona que impulsó esta iniciativa: Juan Tito, por reunir a los grupos de estudios de la Escuela de Historia. Saludos a todos los representantes que están hoy en esta mesa y a todos los asistentes presentes.
Soy miembro del Grupo de Estudios Annalicemos Hist8ria, un espacio académico, crítico e innovador que se inició a mediados del 2009, siendo cinco integrantes fundadores: Gonzalo Paroy, Luis Rodríguez, Walter Rojas, Christian Ortiz y mi persona, Luis Paliza.
Al ser conscientes que los espacios para nosotros, los estudiantes, eran reducido, nos propusimos objetivos comunes, siendo el principal de ellos la creación de una revista de corte universitario y que tuviera la facilidad de ser revisada, criticada y, con el tiempo, difundida en todo el ámbito académico de las Ciencias Sociales. Surgimos, entonces, como una alternativa para la investigación universitaria a partir de los mismos estudiantes. Fue en el 2010 que se editó Síntesis Social resultado del esfuerzo conjunto que inaugura nuestra carrera e interés por la investigación y la posibilidad de crear una línea generacional en San Marcos; pero nuestro trabajo no acabó con la publicación de nuestra revista, sino que además buscamos ser institucionalizados por nuestra Casa de Estudios, y así ser parte de un ambiente en el que podíamos competir y aportar; por ello recurrimos a nuestro docente asesor, Freddy Cabanillas, que ha inicios de este año soportó y facilitó una infinidad de documentación y trabajo burocrático para lograr nuestro objetivo. Junto con este proceso tuvimos el privilegio de sumar a nuestro espacio a un compañero, Ronny Pariona, y que hoy es director de nuestra revista ya mencionada y que ha mantenido su apoyo incondicional.
El proceso de institucionalización nos ayudó para llevar a cabo desde setiembre hasta noviembre del presente año Jornadas de Apoyo a la Formación Profesional del Historiador, que en total fueron tres y que tuvo acogida no sólo de estudiantes sanmarquinos, sino además de otras universidades, docentes y profesionales de otras instituciones, y esto es gracias al apoyo de los docentes que colaboraron como ponentes y al trabajo grupal que hemos realizado. Los resultados han sido excelentes y hemos sido quizás el grupo más activo durante este año y nos hemos propuesto seguir en ese rumbo.
Tenemos un manifiesto donde explicamos el origen de nuestra denominación y al igual que los otros grupo estamos basados en principios que hemos mantenidos hasta hoy, que nos representan y son base de nuestro desarrollo, y uno de ellos que nos identifica de manera más completa dice “Somos un grupo susceptible a toda innovación científica, metodológica y a toda crítica externa; ya que creemos que en la crítica está el debate y la mejora de los actores sociales de nuestra comunidad científica y de nuestro ámbito social”. Gracias.
2. Reflexión en torno a la Escuela de Historia y a la formación de historiadores o científicos sociales en la actualidad, específicamente San Marcos
Desearía iniciar esta sección con una reflexión de Jorge Llosa, quién en memoria de Raúl Porras mencionó que el Perú es un país con historia pero sin historiadores, porque no hay aún una historia integradora. ¿Qué han hecho los historiadores hasta hoy?
En San Marcos se forma historiadores desde 1868 a pesar de pertenecer desde su inicio a la Facultad de Letras, debió pasar cien años para ser parte de la Facultad de Ciencias Sociales, es decir recién en 1968 tenemos la Escuela de Historia. Hemos revisado varios textos (ensayos, artículos, etc.) que nos dan muestra que aquí, San Marcos ha sido la cuna de la historiografía peruana, las ya conocidas “generaciones” a las que se refieren distintos historiadores, que pueden ser discutidas en su momento, siempre han hecho referencia a San Marcos como el motor o resultado de las innovaciones historiográficas en el Perú. Sentirnos orgullosos de que en nuestras aulas hallamos tenido a personajes como Basadre, Porras, Dunbar Temple, Valcárcel, Macera, Bonilla, Burga, muestra que tenemos una tradición enriquecedora. Porras y Macera son quizás los únicos que dejaron una línea o escuela dentro de San Marcos, pero que hoy no ha tenido continuidad es un problema que sufrimos muchos de nosotros.
Entonces nos preguntamos: ¿Por qué es tan importante esta continuidad historiográfica en la formación del historiador en San Marcos?, la respuestas mas simple sería que impulsa líneas de investigación y genera especializaciones que enriquecerían la producción historiográfica en San Marcos. Sin embargo, esta continuidad resulta más interesante si se mantiene una enseñanza que apuesta a integrar a las distintas generaciones, para entenderlo mejor voy a referirme a un ejemplo claro, en 1987 Fred Bronner, historiador de la Universidad Hebrea de Jerusalén, publicó un ensayo titulado “Los historiadores peruanos de hoy”, refiriéndose a los profesionales de San Marcos y de Católica, pues bien, menciona para el caso de Católica, los historiadores están puestos en tres generaciones y dos facultades. La generación conservadora (1960) la integra José Antonio del Busto Duthurburu, José Agustín de la Puente Candamo y Pedro Rodríguez Crespo, quienes se ubican en el departamento de Humanidades; los marxistas ubicados en la Facultad de Ciencias Sociales son Heraclio Bonilla y Alberto Flores Galindo, por último sigue una generación de jóvenes historiadores en la Facultad de Humanidades que son: Scarlett O´Phelan y Efraín Trelles, Miriam Salas, Carlos Contreras y Luis Miguel Glave. Esta es la muestra de cómo en la universidad Católica se formó historiadores de alto nivel y a los que San Marcos recurre para el pre como post-grado.
Frente a ello, ¿qué ha sucedido en la Escuela de Historia de San Marcos? Hace un par de semanas atrás un Luis Rodríguez, integrante de Annalicemos Hist8ria, publicó una reflexión sobre la situación de los docentes de nuestra Escuela, como él mismo menciona existe hasta hoy una “terrible realidad en nuestra escuela” y muchos de los estudiantes son ajenos; pues es ya conocido que algunos compañeros con el afán de buscar promedios altos en los cursos o no exigirse mucho académicamente, admiten y apoyan las cátedras de algunos profesores que , en primer lugar, no conocen casi nada –por no decir nada– del curso. Estos profesores para mantenerse vigentes buscan llegar al alumnado concibiéndoles facilidades en las notas; o demuestran su falta de “ética del profesional –o del historiador–”. Entonces, ¿Cuáles son los resultados de nuestro egresados en Historia?, ¿Qué tipo de historiadores se forman en las aulas de San Marcos?, ¿Somos profesionales competentes frente a otras realidades? Desde nuestro punto de vista, la formación de historiadores en San Marcos tiene limitaciones teóricas y prácticas: Es inadmisible que llevemos cursos como Seminarios de Investigación y haya compañeros que no sepan ni siquiera citar, y peor aún redactar, o que existan profesores que sin haber realizado tesis dicten estas cátedras. Esto muestra también las deficiencias en los planes de estudios. Entonces reconocemos tres problemas claros: docentes, estudiantes y plan de estudios.
La pregunta aparece sola (pregunta abierta): ¿qué debemos hacer los estudiantes de Historia de San Marcos?, nuestra Casa de Estudios ha tenido buenos historiadores, aún los tiene y estamos seguro que más adelante los tendrá, pero primero deberíamos reconocer nuestras deficiencias como estudiantes y limitaciones al egresar de la escuela; segundo, es necesario la participación total, aunque parezca un sueño, de los estudiantes, docentes y autoridades para iniciar una autocrítica y debates en pos de un cambio estructural de nuestra escuela, específicamente los cursos que estén guiados a la investigación y para ello necesitamos docentes que investiguen y produzcan conocimientos, exigentes de su materia e interés por los resultados de sus alumnos. Por último, es necesario que tengamos actividades interdisciplinarias de manera regular para fortalecer el perfil de nuestros egresados y, lo más importante, estimular e impulsar la investigación de los estudiantes desde el inicio de su carrera hasta que culmine con una tesis.
¿Lo podemos lograr?, el reto está en nosotros, somos quienes vamos a decidir el futuro de nuestra escuela y de nuestra universidad, quienes sentimos esta vocación de ser mejor cada día por nosotros mismos, por nuestra carrera, por nuestra universidad y por nuestro país, es el momento de actuar y empezar a creer que el sanmarquino es cada día mejor. Gracias.
3. Comentarios como se debe escribir la historia
“Me gusta la Historia”, así Lucien Febvre inicia el maravilloso escrito Combates por la historia. ¿Quién no ha elegido estudiar historia por sentirse emocionado al repasar los episodios en el cual el hombre supera las adversidades y se convierte en una especie de paradigma o héroe entre nosotros?, así surge la vocación de cada uno de nosotros por seguir esta carrera; porque tenemos esa satisfacción de leer y releer las infinidades de hechos que nos estimula a seguir con nuestra vocación.
El primer tipo de historia es la “Historia oficial” que nos gusta por ser narrativa, lineal, que esta llena de sucesos épicos, la que encontramos en libros con imágenes, la que nos narra un profesor o profesora con buena pronunciación, la que nos hipnotiza en vídeos o actuaciones. Todos hemos vivido ese primer tipo de narración, esta historia contada que nos ata y nos hace cometer el pecado de elegir esta carrera, creyendo que, de la misma forma, nosotros vamos terminar, conociendo ese inmenso océano del pasado en donde el hombre es el centro de todo. Entonces, esta historia es escrita para que nos enamoremos, ¿podemos criticarla?, no, sólo aceptarla, porque sino no nos gustaría. Esta Historia oficial la encontramos en los colegios y academias.
La realidad es otra cuando ingresamos a la universidad a estudiarla; entonces, nos encontramos con el segundo tipo de historia que también es interesante y amena, pero ahora se vuelve más compleja porque es una “Historia analítica”, crítica, en ocasiones pesimista y aburrida. Nos vemos ante toda una gama teorías y metodologías que enriquecen la historia, encontramos sus relaciones con otras disciplinas (antropología, sociología, economía, geografía, etc.) y eso la hace más interesante, y con esa enseñanza empezamos a delimitarnos en un tema más específico; nos deprime la idea de que no podemos abarcar temas extensos ni estudiar temas lejanos (Historia de Europa, por ejemplo); pero descubrimos que nuestra profesión se vuelve más agradable cuando empezamos a escribir y publicar y nos sentimos parte de una “elite”, que no está al nivel de nuestros profesores pero que nos hace difiere la Historia oficial, incluso nos sentimos con más autoridad que los docentes de colegios cuando exponemos alguna clase.
El tercer tipo de historia es que todos deseamos alcanzar: la “Historia constructiva”, que innove, que se vuelva un best seller o paradigma en la historiografía peruana. Este tipo de historia se hace con la metodología del segundo tipo de historia, pero su impacto debe ser del primero. Y, es a ese tipo de historia que debemos llegar; sin embargo, el historiador peruano está acostumbrado a buscar sus propios medios, una vez acabada la universidad, para publicar su libro o seguir algún postgrado en otro país con mejor tradición historiográfica. Este tercer tipo de historia se enrumba en otra dimensión y pertenece a una “elite académica” que difícilmente es asimilado por la historia oficial; porque existe una desvinculación entre el primer tipo de historia y el tercero. Los historiadores empezamos a alejarnos de nuestros orígenes y apostamos por otros campos, y eso es natural.
Carlos Lazo mencionó en un artículo que el historiador debe estar comprometido con su sociedad. Tiene razón, el historiador como todo científico social debe responder y ser crítico con su sociedad, y así ser parte de ella; de la misma forma Enrique Florescano mencionó que la historia es la disciplina más adecuada de forma ciudadanos. Ahora que estaos en un ambiente del Bicentenario y el tema de Nación, no debemos de dejar de pensar en que el Perú es un país diverso y que su historia debe ser escrita en función de integrarla y de hacerla Única, pero sin perder el sentido crítico y analítico que debe tener toda historia. El trabajo del historiador está con su sociedad y tiene un rol con esta. La historia tiene también un objetivo, ¿cuál es ese objetivo?, depende de cada uno de nosotros, cuando enseñemos y escribamos Historia. Gracias
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